Revista Scientific Volumen 2 / Nº 3 - Febrero-Abril 2017 | Page 350

Los valores se refieren a necesidades humanas y representan ideales, sueños y aspiraciones, con una importancia independiente de las circunstancias. Educar para la formación en valores para una convivencia social y ciudadana supone apostar por un modelo pedagógico, en el cual se procure que la persona construya su propio proyecto de vida y al mismo tiempo, apoye a la construcción de una sociedad justa y demócrata. Esta doble distancia individual, relacional, particular, social, debe enlazar en el mismo tiempo y espacio si lo que se pretende es construir ciudadanía y sobre todo, sí ésta se manifiesta en sociedades plurales con diversidad. Ahora bien, partiendo del concepto de valor, y establecidas las bases sobre las que debe cimentarse la educación en valores de acuerdo a lo que diseña el Ministerio de Educación y Deportes, (1997): en el marco del Currículo Básico Nacional, la educación en valores, constituye, en primer lugar, uno de los compendios y objetivos esenciales de la educación en los cuales se establece: Adecuar el sistema educativo al proceso de cambio y a las transformaciones profesionales que se están generando en todas las estructuras del país, ampliando los niveles de participación de todos los actores a la formación mínima y obligatoria de la población. Determinar el perfil de opciones de los distintos actores del sistema educativo y de la sociedad civil en relación con las decisiones que afectan a los diferentes componentes que interactúan a nivel educativo (pág. 27). O sea, en el contexto de esos objetivos respondiendo al reto que presumen en el ámbito escolar, en el currículo se plantea la educación en los valores como un eje transversal, es decir, como una extensión educativa global interdisciplinaria que empapa todas las áreas y que se desarrolla transversalmente en todos los componentes del currículo. No obstante, se 350 Arbitrado o colectivos. Reflejan intereses, sentimientos y convicciones más importantes.