Revista Scientific Volumen 2 / Nº 3 - Febrero-Abril 2017 | Page 33

Son múltiples las razones acerca de la relevancia de los procesos de lectura y escritura, pero especial atención adquiere su enseñanza. En ambos procesos se asientan los principios educativos, y en éstos a su vez, se cultivan valores, conductas. En resumen, se desarrollan capacidades y habilidades esenciales para el crecimiento personal, social y profesional. Ser un escritor competente es una tarea fundamental en la vida académica y de acuerdo con Bolívar y Beke (2011) tanto la lectura como la escritura, son prácticas sociales y modos de interacción social con una repercusión determinante en los procesos de formación académica; no son procesos transferibles indiscriminadamente, sino que cumplen funciones muy específicas en las diversas áreas del saber. Investigadores como Arnáez (2009), Del Valle (2007), Martínez (2002) han ahondado sobre la importancia de la enseñanza de la lectura y de la escritura, en la necesidad de renovar las propuestas pedagógicas, así como han concebido a la primera como la capacidad para comprender significados y a la segunda como una habilidad basada en procesos. En el mismo sentido, Hernández (2009) da relevancia a los estudios sistemáticos sobre los aportes de corrientes teóricas como la psicolingüística, el análisis del discurso y el constructivismo. Afirma Carlino (2005): “la escritura alberga un potencial epistémico, es decir no resulta sólo un medio de registro o comunicación, sino un instrumento para desarrollar, revisar y transformar el propio saber” (pág. 411). Por esta razón la escritura ocupa un sitial preponderante en los procesos de formación académica y por este mismo motivo los responsables de orientar ese aprendizaje deben involucrarse, muy comprometidamente, en todo lo que implique mejorar las estrategias de enseñanza. En este contexto, en opinión de Carlino (2005), es esencial conocer en las comunidades académicas cómo se intercambian prácticas y saberes que 33 Artículo Arbitrado 1. Introducción