Desde siempre el hombre ha tenido la curiosidad imperiosa de saber
más de sus orígenes de dónde venimos y hacia dónde vamos, pero para que
el individuo pueda conocer sus raíces es ineludible primeramente adentrarse
en su pasado comunicarse en su propia identidad y conjunto cultural, es por
ello que para entender mejor lo que somos tenemos que saber primero lo que
fuimos, posiblemente al comienzo de todos los tiempos en el origen mismo de
las culturas primitivas estaba escondido eso que fuimos en el sentido más
profundo de nuestra naturaleza humana.
Cuando el mundo globalizado de hoy anuncia la realidad inmediata
como una sociedad universal sin barreras ni diferencias étnicas y religiones es
cuando más la humanidad debe sujetarse a su propia cultura, investigándose
en ella y aprendiendo a valorar sus orígenes y territorio, es decir, cuando el
espacio cobra significados subjetivos para los hombres y mujeres que los
habitan.
Por ende, Bonell (2005), expresa en su trabajo de investigación titulado:
Los Petroglifos como formas de comunicación simbólica reportaje investigativo
que: “A través de la cultura el ser humano se expresa, cuestiona sus
realizaciones, indaga en nuevos significados y funda obras que le transcienden
los petroglifos son una de las creaciones culturales más preeminentes del
hombre”. (pág. 9)
En América Latina los aborígenes de las distintas etnias que poblaron y
aún hoy día pueblan los territorios en su afán por comprender las incógnitas
del universo se dedicaron a plasmar sus inquietudes e ideas a través de
trazados y grabados en rocas en estado natural Martínez, (2006). Los
petroglifos es la muestra más antigua de este tipo de manifestación. Aunque
es una de las últimas expresiones artísticas que ha ocupado el tiempo de los
investigadores, también es cierto que implica la atención de diversas
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Arbitrado
1. Introducción