Revista Scientific Volumen 2 / Nº 3 - Febrero-Abril 2017 | Page 172

considera, tanto desde las perspectivas cualitativas como cuantitativas, como un medio por el que se valora un aprendizaje y, a partir de los datos obtenidos, se inician nuevos aprendizajes o, si es necesario, se realizan actividades de recuperación. Se ha de insistir que los procedimientos de evaluación adquieren un sentido u otro, se aplican de una u otra manera, según la actitud con la que se aborda la actividad evaluativa. Algunos términos como diálogo, consenso, flexibilidad, autorreflexión, coevaluación y participación deben animar la actividad evaluativa si se pretende lograr una verdadera transformación en la praxis evaluativa universitaria y que tenga un impacto en la calidad de los procesos de aprendizaje de los participantes en el hecho educativo. 6. Referencias Álvarez y Méndez, J. (2001). Evaluar para conocer, examinar para excluir. Editorial Morata. Madrid. Brown, S. y Glasner, A. (2003). Evaluar en la universidad. Problemas y nuevos enfoques. Editorial Nancea. Madrid. Hurtado, J. (2000). Metodología de la Investigación Holística. Editorial Sypal. Caracas, Venezuela. Margalef, L. (2007). El proceso de evaluación: estrategias, procedimientos y criterios. Vicerrectorado de Planificación Académica y profesorado. Dirección de Formación del profesorado Universitario. Universidad de Alcalá. Madrid. Zabalza, M. (2002). Innovación y cambio en los centros educativos. Micat. Santiago de Compostela. Zabalza, M. (1990). Evaluación orientada al perfeccionamiento. Revista Española de Pedagogía, 186, 295-317. 172 Arbitrado elemento externo a la actividad de aprender. Se la ha considerado y se la