características que le confieren una función de mejora, de información, de
retroalimentación, de orientación. Mientras que Brown y Glasner (2003)
defienden la evaluación como actividad crítica de aprendizaje, como promotora
de la comprensión, y que contribuye a la “emancipación de los estudiantes, a
su desarrollo personal, moral, académico y social.” (Margalef, L. 2007). En este
sentido, comprendiendo la evaluación como aprendizaje, se entiende que se
debe ir en búsqueda de desarrollar y por tanto, evaluar habilidades
intelectuales relacionadas con la comprensión, la aplicación y el razonamiento
(comparación, relación de ideas, argumentación, proposición, contrastación,
la reconstrucción del sentido y del significado a partir de la información).
Autores como Brown y Glasner (2003: 101), proponen algunas
indicaciones para realizar una evaluación alternativa teniendo en cuenta que
ésta implica la utilización de nuevas estrategias de evaluación, alternativas o
diferentes al ya conocido “examen”:
a. Considerar cuidadosamente la carga de trabajo del estudiante:
¿Cuánto tiempo lleva al estudiante trabajar sobre estrategias de evaluación
alternativas?
b. Adoptar medidas para mantener el interés: calendarios que expliciten
las fechas de entregas de trabajos, retroalimentación constante, permanente
orientación al estudiante.
c. Ser precavidos al introducir una nueva forma de evaluación: el
estudiante puede tener reticencias hacia la nueva forma de evaluación, por lo
que es muy necesario explicar el porqué de la forma de evaluar y analizar con
ellos la importancia que tiene para su propio proceso de aprendizaje.
d. Establecer marcos de actuación claros.
e. Orientar sobre los criterios de evaluación a ser utilizados: de manera
que no queden dudas y que este proceso permita la apropiación de los criterios
por parte del estudiante.
164
Arbitrado
retroalimentación al proceso en la práctica universitaria, tiene una serie de