Por ello, surge así la necesidad de tener un mejor conocimiento del
ambiente, de adquirir habilidades e iniciar acciones tendientes a un uso
sensato sin perturbar el equilibrio ecológico.
Asimismo,
la educación ambiental pretende fundamentalmente
concienciar y crear conocimientos que permitan enfrentar los problemas
ambientales, así como, mejorar actitudes que accedan una verdadera
participación de los individuos en la protección y mejoramiento del mismo.
En tal sentido, se debe promover la participación activa de los
estudiantes favoreciendo una repuesta global, mediante la adquisición de
conocimientos conceptuales y el desarrollo de actitudes, capacidades y
destrezas. Todo esto, requiere de un docente creador que adapte el currículo,
organizando situaciones ricas de aprendizaje, ligadas a la experiencia del
estudiante.
2.5. Valores Ambientales.
Según Caduto (1993) los valores ambientales se enfocan en ayudar a
la gente a madurar hacia una moralidad que fusione el amor y la justicia, que
se preocupe por los demás y por el medio ambiente.
Asimismo, los valores ambientales se inculcan por diferentes medios (y
no sólo dentro de los procesos educativos formales), produciendo efectos
educativos. Estos valores van desde los principios ecológicos generales
(comportamiento en armonía con la naturaleza) y una nueva ética política
(apertura hacia una pluralidad política y la tolerancia hacia el otro) hasta los
nuevos derechos colectivos y los intereses sociales asociados a la
reapropiación de la naturaleza y la redefinición de estilos de vida diversos, que
rompen con la homogeneidad y centralización del poder en el orden
147
Arbitrado
primeros estadíos escolares y que no debe concluir jamás
(pág. 68)