Revista Scientific Edición Especial - Febrero-Abril 2017 | Page 73

medida de los programas de enseñanza, la puesta en marcha de estos, así como el control de los resultados de los mismos. Contrariamente a los comienzos en los que se desdibujaba la figura del profesor, centralizándolo casi todo en torno al estudiante, esta metodología se sustenta fundamentalmente en la labor particular de aquél; la tendencia a interpretar las enseñanzas especializadas y las generales como opuestas se desvanece. Ni las primeras deben circunscribirse al conocimiento de unas puntuales habilidades lingüísticas haciendo caso omiso de las particularidades extralingüísticas (Byram, 1992: 42; Zarate, 2003: 7) ni las otras han de asociarse a unos fines formativos sin especificar desligados de objetivos de comunicación concretos (Eurin y Henao, 1992: 70). Todos los componentes del aparato pedagógico -la parcial identificación de las necesidades y los objetivos, los contenidos, el material de trabajo, las estrategias y técnicas de aprendizaje, la progresión, la evaluación, entre otros han de ajustarse al máximo a unos futuros e hipotéticos objetivos de comunicación oral y escrita, siendo el objetivo principal de estas enseñanzas la adquisición y uso de habilidades lingüístico-comunicativas, escritas u orales; es pertinente privilegiar métodos de trabajo y contenidos de base en consonancia con la dimensión discursiva de la lengua. Esto implica considerar parámetros tan diversos de naturaleza lingüística y extralingüística, como la adquisición de los enunciados más corrientes de la lengua general, los conceptos y las construcciones discursivas propias del campo especializado o el conocimiento de las situaciones de comunicación profesional en las que presumiblemente el usuario tendrá que poner en práctica sus conocimientos de lengua extranjera. 72 Arbitrado enseñante cobra fuerza puesto que, de este depende la confección casi a