Revista Scientific Edición Especial - Febrero-Abril 2017 | Page 402

valiosas por sí mismas, sino que tienen el valor que le damos, por esto cada persona tiene su propia escala de valores. No todos se comportan de igual manera ante las vivencias y problemas de la vida. Asimismo, Carreras (2001), expone que los valores éticos plantean que “la educación en valores se justifica por la necesidad que tienen los individuos de comprometer a las personas con determinados principios éticos, que sirvan para evaluar las propias acciones y la de los demás” (pág. 101). O lo que es lo mismo, están presentes en la vida frecuente, se revelan mediante conductas y opiniones expresadas oralmente o por escrito, suelen dar lugar a normas sociales. Los valores sirven para “guiar” la conducta de las personas, son el fundamento por el cual se hace o deja de hacer una cosa en un determinado momento. Al respecto, Rojas (2007) plantea que la ética “debe guiar la profesionalidad de los gerentes universitarios, dentro de un marco de verdadera moralidad y pulcritud, ya que de nada vale un servidor que realice muy bien las funciones encomendadas, si su desempeño no es ético” (pág. 33). En efecto, la ética es el conjunto de recomendaciones que deben mantener los seres humanos asentar en el principio que determina su acción en la sociedad, respaldadas en la ciencia del bien, la sabiduría del ser humano ante las actitudes concretas de su comportamiento. Cabe destacar, que los valores éticos se han impregnado en el acontecer cotidiano de la gerencia actual, propiciando un retorno a la espiritualidad, la asunción de un comportamiento más integral y esto, según Paz, (2005), “obedece a un signo exclusivamente de emprendedurismo que se relaciona con su fin último, servir a la sociedad donde se inserta” (pág. 56). En tal sentido, es necesario que los gerentes universitarios actúen como agentes de cambio educativo, para lo cual deben ostentar cualidades concretas que respondan a las nuevas reclamaciones humanísticas de la 401 Arbitrado desarrollo de sus vidas" (pág. 19). Se infiere entonces, que las cosas no son