Revista Scientific Edición Especial - Febrero-Abril 2017 | Page 398
forma genuina de lograr resultados positivos en cualquier aspecto de la vida.
Como complemento de la temática, Bello, (2008) establece en relación a las
acciones para construir la ética:
Algunos aspectos, se pueden constituir en antivalores que, en
algún momento, se disfrazaron de virtudes en el carnaval de la
vida. Las debilidades, por su parte, indicaran oportunidades
para reforzar aspectos descuidados de nuestra personalidad…
Así que vamos desde el reconocimiento de nuestras fortalezas
y debilidades en las acciones cotidianas hacia la identificación
del valor, haciendo una abstracción, y luego, desde esta
conciencia del valor hacia la práctica del mismo en los
pequeños actos del día a día. (pág. 57).
Dicho de otro modo, la persona que se siente bien consigo misma y
tiene plena confianza en su poder personal para lograr las cosas que se
merece, hace un esfuerzo sensato para superar las presiones internas y
externas que lo invitan a hacer lo que siente que es erróneo, tiene el carácter
para esperar su tiempo, para hacer lo correcto oportunamente con el propósito
de obtener sus beneficios.
Ahora bien, desde la figura de la gerencia universitaria son muchas las
variables que pueden someterse a estudio porque sin duda, permitirían
conocer cada vez más la dinámica que debe predominar en este gerente como
modelo a seguir para la organización que regenta. De todas esas variables, en
la presente indagación el factor ético constituye un asunto social importante
puesto que admite hacer referencia a la ontología del ser humano, como ser
social capaz de transformar la realidad en beneficio del bien común. Al
respecto, Correa, (2006) refiere: “al gerente universitario hay que entenderlo
como un ser complejo; pues sus múltiples relaciones están dadas de tal forma
que invitan a resignificar una postura del concepto en torno a la condición
humana” (pág. 32).
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Arbitrado
una conciencia colectiva en torno a los valores éticos de la probidad como