Revista Scientific Edición Especial - Febrero-Abril 2017 | Page 359
revolucionarios del proceso educativo” (pág. 61), pues está dirigida a
diagnosticar, proteger y conservar la naturaleza en los estudiantes de hoy día,
que indudablemente serán los hombres del mañana que actuarán de acuerdo
a su conciencia sobre el ambiente que los rodea para lograr el desarrollo
sostenible y sustentable como fin supremo, y en esencia, para lograr un
espacio sano y perdurable en el tiempo, y así heredar un mundo sano y apto
para la vida de las personas.
Es así como, los huertos escolares se han venido convirtiendo en una
estrategia ecológica de gran alcance en las instituciones educativas, pues tal
como lo plantea Ordaz (2012), “los huertos escolares puedan constituirse en
un modelo operativo viable, que posibilita la ejecución de acciones dirigidas
específicamente a la consecución efectiva de las metas propuestas a nivel
institucional y organizacional” (pág. 1). Es importante destacar que durante
años se ha visualizado a nivel educativo la necesidad de crear huertos
escolares como alternativa para estimular a los estudiantes a la actividad
agrícola, sabiendo la importancia que tienen esta estrategia de tipo
ambientalista para formar a los estudiantes, no desde lo teórico, sino desde la
practica misma del contacto directo con el ambiente.
Cabe destacar, que en Venezuela ha venido adelantando certeros
esfuerzos en materia de educación ambiental ya que por parte del Ministerio
del Poder Popular para la Educación (2007), en materia de educación
ambiental, se ha insertado en el Currículo Nacional Bolivariano el eje
integrador ambiente y salud integral, elevándose a una situación específica,
por medio de los proyectos de aprendizaje, ya que
no se presentan
actividades concretas que vayan en función de fortalecer la actitud
conservacionista en docentes y estudiantes para profundizar la conciencia
ecológica de los mismos.
358
Arbitrado
ambiental constituye según Antúnez (2011), “uno de los elementos más