Revista Scientific Edición Especial - Febrero-Abril 2017 | Page 358
En las últimas décadas, el crecimiento poblacional de la humanidad ha
sido vertiginoso, tanto así, que el equilibrio ecológico que los pueblos del
mundo habían mantenido durante muchos siglos, se ha visto afectado de una
manera alarmante, pues en una fracción muy corta de tiempo, comparado con
el albergue que el planeta ha tenido de la humanidad durante tantos años, el
hombre le ha causado al planeta, acciones negativas e irreparables que jamás
se pensó que pudiera producirle.
Sin embargo, en la misma media en que han venido apareciendo este
tipo de problemas en el ambiente de las sociedades del mundo, también han
ido naciendo alternativas que han permitido contrarrestar estas situaciones y
empezar de manera certera a formar al hombre en torno al comportamiento
que ha de mantener ante el ambiente y todos los elementos vitales que él
alberga y que en definitiva le permiten mantener la vida en el planeta,
incluyendo la de los seres humanos.
Por ello, la educación ambiental se ha convertido en materia esencial
desde los diferentes ámbitos de formación presentes en las sociedades del
mundo. De ahí que, González (2012), afirma que la educación ambiental
implica: “la consideración de una visión para revisar y cambiar las actitudes y
aptitudes humanas con relación al ambiente, educando de esta manera para
una nueva forma operativa entre la realidad que se vive” (pág. 93),
Construyendo de esta manera, los verdaderos valores que permitirán tener la
naturaleza
que
queremos
a
través
de
una
correcta
conciencia
conservacionista.
2. El Problema
La educación ambiental por sí sola no resultaría eficiente, si no va
acompañada de estrategias de sensibilización que les permita a los niños y
niñas interactuar de manera directa con el ambiente, es así, como la educación
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Arbitrado
1. Introducción