Revista Scientific Edición Especial - Febrero-Abril 2017 | Page 298

Desde la década de los ochentas hasta hoy, en muchos países de Europa y América han sido notorios numerosos eventos violentos que ocurren dentro o en los alrededores de instituciones educativas, protagonizadas por estudiantes, donde inclusive se han presentado manifestaciones de violencia extrema; aunque en la mayoría de los casos las múltiples caras de las acciones de agresividad estudiantil no han alcanzado cifras extremas de muertes, éstas no se presentan excluidas, lo cual por su intensidad las ha convertido en tema de honda preocupación para los líderes educativos. Las escuelas secundarias públicas de Latinoamérica han sido seriamente afectadas por el fenómeno del vandalismo, agresión grupal, disrupción en el aula, intimidación, entre otros eventos estudiantiles, resultando constante pérdida de bienes educativos, suspensión de clases que afecta el rendimiento estudiantil, daños físicos a actores escolares, y en fin, pérdida de la inversión del Estado. La creación y difusión de la violencia en las instituciones educativas tienen causas múltiples y entrelazadas, inherentes tanto a la personalidad, familia, contexto social, los medios de comunicación, las relaciones interpersonales escolares, entre otros, por lo que hace necesario el estudio individualizado a cada una de estas. Con frecuencia, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación. La Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2005) se refiere de manera explícita a la presencia creciente del fenómeno de la violencia escolar. Dentro de su sector de educación, ha desarrollado un programa de educación para la no violencia, que evoluciona constantemente. Para esta Organización internacional no consiste sólo en negar los sentimientos de cólera o de conflicto, sino que busca canalizar la energía subyacente hacia el objetivo de elaborar estrategias eficaces y respetuosas con los otros, excluyendo las actitudes de pasividad. 297 Arbitrado 1. Introducción