Revista Scientific Edición Especial - Febrero-Abril 2017 | Page 260
experiencias educativas para comprobar si están dando respuesta a las
necesidades, expectativas de la sociedad.
De allí que, afirme el autor antes mencionado, todo proceso educacional
tiene una intencionalidad, el cual depende de la concepción de sociedad, así
como de ciudadano (a) a formar, sin embargo, la universalización de la
educación universitaria ha conducido a las instituciones universitarias a ser
más productivas en cantidad y calidad, con los mismos recursos e incluso
menos.
Ahora bien, en la Conferencia Mundial de la Educación Superior
(UNESCO, 2009: s.p.), se ratifica que la función de la enseñanza superior para
abordar los desafíos mundiales necesita: a). renovar su compromiso de
mejorar el acceso, calidad, igualdad entre los sexos; b). lograr la sostenibilidad,
para satisfacer necesidades de las sociedades del conocimiento y c). el
aprendizaje, investigación e innovación se conecten.
Por tanto, se hace necesario resignificar el desempeño del docente de
educación universitaria para que pueda adaptarse a las nuevas condiciones
socioculturales del siglo XXI, jugando un papel estratégico en los procesos de
desarrollo de los países. Al respecto, Gazzola y Didriksson (2008) señalan
algunos aspectos relevantes en cuanto a este nivel educativo en
Latinoamérica, así como el papel del profesor en él: a). incremento de la
investigación científica; b). impacto de nuevas tecnologías; c). desarrollo de
nuevas carreras y áreas de conocimiento con base interdisciplinaria, así como
la creciente importancia de la internacionalización lo cual hace necesarios
nuevos modelos de formación, aprendizaje e innovación (pág. 46).
Cabe destacar que la educación universitaria contemporánea tiene
como función principal orientar al estudiante hacia la plenitud de su
actualización y expansión, por tanto, es fundamental la presencia de un
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Arbitrado
de esa misión, estas casas de estudio requieren realizar seguimientos a las