Revista Salvadoreña de Psicología: Psique Volumen 1 | Page 11
Inteligencia Emocional
Para estimular el desarrollo de la inteligencia emocional en nuestros niños, en
primer lugar, debemos conocer y aceptar sus individualidades, ya que cada
niño y adolescente es único y muy diferente al resto, y así poder reconocer las
debilidades y fortalezas que posea cada uno. Es de vital importancia
comprender que el ambiente, tanto familiar como escolar influye
significativamente (positiva o negativamente) en el rendimiento escolar.
El niño y adolescente aprende y se desarrolla en base al ambiente en el que
se encuentra o se desenvuelve, las amistades, padres, profesores etc. Son un
medio de aprendizaje y serán estos modelamiento los que forjaran la
personalidad emocional en los niños y adolescentes. La inteligencia emocional
va referida a aspectos que tienen que ver con la: toma de decisiones, respetar
a los demás y así mismo, solidaridad, valores, educación, empatía.
En el núcleo familiar son los padres los que transmiten a sus hijos su forma de ver
la vida y deben de tratar de tener una actitud positiva ante las adversidades,
para que el niño aprenda a ser asertivo y tener una autoestima alta. Si el
comportamiento de los padres no es el adecuado los niños y adolescentes no
lograran desarrollar actitudes integrales que les permitan sobresalir en sus
diversos ámbitos.
Esto se ve reflejado en nuestra cultura salvadoreña, ya que muchas veces los
niños y adolescentes no logran tener una buena inteligencia emocional
producto de una mala enseñanza en el núcleo familiar, dado como resultado
que estos en el futuro sean tímidos, retraídos, impulsivos y agresivos ante
situaciones que le resultan incomodas, afectando su inserción a la sociedad.
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