Revista Salud en Armonía Edición 37 | Page 12

B A N C E FÍ SI C AL LOS ALIMENTOS tienen un gran impacto en la transformación. Es recomendable experimentar diversas situaciones, como probar una gran variedad de productos, formas de comer, ejercicios y pensamientos nuevos. Cuando entramos al supermercado, normalmente nos dirigimos a los productos que acostumbramos consumir. Compramos el arroz de una marca determinada, porque ya sabemos cómo cocinarlo y tenemos la experiencia de que es de buena calidad; pero cuando vemos un producto nuevo no pensamos en adquirirlo, pues no sabemos cómo cocinarlo y tampoco deseamos averiguarlo. Además, creemos que probablemente no nos gustará, así que dejamos pasar la oportunidad de probar algo nuevo. En lo personal, he cambiado creencias con respecto a algunos alimentos que no me agradaban. Por ejemplo, antes el aguacate no me gustaba nada. En la escuela culinaria lo probé y, ¡sorpresa!, me fascinó. Hoy, prácticamente todo los días consumo aguacate y es de mis frutas favoritas. Me encanta comerlo solo, con limón, con comino, a cucharadas, en tortilla y me pregunto por qué no lo probé antes, aunque bien sé que fue por mis creencias y por lo que la gente me decía. Lo mismo me pasó con el betabel, con los frijoles y con una amplia lista de alimentos que he ido descubriendo y que ahora disfruto enormemente. Un ejercicio muy efectivo que te recomiendo practicar es jugar al papel del detective en el supermercado. Observa de una forma muy consciente, fíjate a qué velocidad caminas, qué pasillos prefieres, cuáles disfrutas más, qué comida eliges, qué sensación te genera, cómo la tomas y la colocas en el carrito, qué te provoca cuando alguien se te cruza en el camino; qué sientes cuando estás en la zona fría, en los productos congelados, en el área de frutas y verduras, al momento de formarte en las filas de las cajas, cuando pagas y cuando te vas. Piénsalo, explóralo. Si lo analizas, la forma en que te comportas en el supermercado es un reflejo de cómo vives tu vida. Mis visitas al súper me han ayudado a explorar esa parte de mí y han cambiado radicalmente a lo largo de los años. Ahora sé a qué voy, llevo una velocidad moderada y hay pasillos en los que me tomo más tiempo, porque me encanta explorar y probar cosas nuevas. El pasillo de 10 | 11 www.revistasaludenarmonia.com