Revista Replay Nº16 · Mayo 2019 | Page 15

*REPLAY* INVESTIGA --------- ▶ ENTREVISTA COMPILADORES Y BASTONES LARGOS ▶ Por sergio andrés rondán Clementina fue la primera computadora argentina. Con ella nacieron los primeros hackers e investigadores de los bytes. De allí surgirían los inicios del software nacional, el primer lenguaje y compilador e, incluso, el primer juego computacional de nuestra historia. L a historia del desarrollo de la computación en nuestro país está íntimamente ligada al Estado, pues fue este quien, a través de la Univer- sidad de Buenos Aires, compró una Mercury Ferranti, bautizada como “Clementina”. El equipo llegó al país en 1961 y costó unas 150 mil libras de aquel entonces. De la mano de Manuel Sadosky, matemático y físico, funcionaba el Instituto de Cálculo (IC), don- de se brindaba la carrera de computador científico, que luego se transformaría en la licenciatura en Ciencias de la Computa- ción. Centenares de matemáticos, físicos, meteorólogos y estudiantes de diversas ca- rreras de ciencias exactas crearon progra- mas para Clementina bajo el ala del IC. Casi la totalidad de estos se perdieron, pero en 2011, Wilfred Durán apareció en una con- ferencia con una misteriosa cinta perforada de 176 metros que contenía un programa para la máquina. Gustavo del Dago, que se hallaba presente en la charla, se propuso una titánica tarea: crear un emulador de Clementina para poder leer COMIC, el pri- mer lenguaje de programación y compilador de nuestra historia computacional. Hablemos un poco del comienzo de esto. ¿Cómo llegaste a Wilfred? En el año 2011 se realizó una conferencia por el 50° aniversario del arribo de Clementina a nuestro país. Se brindaron una serie de char- las y, además, se propuso un concurso para programar en Clementina, porque decían que iban a tener un emulador de la máquina. Esa fue la verdadera motivación para ir, por- que, en primer lugar, soy un programador, y por otro lado, hace años que me dedico a la investigación sobre la historia de la com- putación. La realidad es que cuando llegué, el emulador no estaba disponible todavía. Pero en medio de eso, asistí a una charla, donde apareció Wilfred y contó su historia: él había creado un lenguaje de programación y un compilador en Clementina, basado en otro lenguaje llamado Autocode. Tenía la cinta en sus manos: la conservaba en su caja original... Bueno, no tan original, porque, en realidad, era la caja del Autocode: le había trabajar con Clementina, que era un equipo de altísimo porte, muy caro. Su uso estuvo vinculado más que nada con investigaciones físicas-matemáticas y con la solución de problemas de servicios. El hecho de trabajar sobre un lenguaje de programación se salía un poco de ese eje, pues se trataba más bien de una investigación intracomputacional, tal vez la primera del país. Fue en este contexto que Wilfred comenzó a acercarse a la máquina y a planear la idea "Todo este desarrollo de vanguardia y pionero estuvo bajo el ideario de Sadosky. Y esto fue lo que vino a hacer mierda el golpe militar". tachado el nombre y escrito “COMIC” debajo. Un detalle muy argentino y gracioso a la vez. Nos cuesta imaginar la creación de un lenguaje de programación y mucho más asociarlo a nuestro país en esa época. ¿Su intención fue desarrollar algo local? Bueno, eso es algo interesante de analizar, porque la realidad es que él nunca tuvo un interés por gestar un proyecto de desarrollo nacional. De hecho, durante el año 60, él ha- bía estado girando por varios países buscan- do lugares donde poder trabajar con alguna computadora, porque ese era su verdadero interés: el estudio de problemas computa- cionales. Y justo se dio que volvió al país en el momento en que adquirieron a Clementina y que Sadosky puso en funcionamiento la investigación en el IC. Wilfred estaba en la facultad cuando la computadora llegó al país. Como el IC tenía entre sus misiones la inves- tigación, la docencia y los servicios, él pudo de un lenguaje de programación un poco más amigable. Los usuarios que utilizaban Clementina tenían que saber de progra- mación para poder crear sus programas de investigación. Mayormente, estos usuarios eran matemáticos, físicos, meteorólogos, y Wilfred se dio cuenta de que el Autocode era limitado y no se adaptaba a las necesi- dades de la comunidad. Hoy es impensable tener que crearte tu propio programa para investigar. ¿Cuáles fueron sus primeros pasos entonces? Lo primero que hizo fue una traducción [al español] del Autocode. Hoy en día, pensar en traducir un lenguaje de programación es bastante absurdo, porque da lo mismo poner PRINT que IMPRIMIR, pero no pode- mos juzgar eso con los conocimientos que tenemos hoy en día. Además, eso le sirvió, de todas formas, para estudiar el código, un paso previo muy importante. revistareplay.com.ar ▪ 15