REVISTA LA CRUZ 1077 JUL-AGO 2019 | Page 7

EDITORIAL «No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona» 1 . Estas palabras del papa Benedicto XVI ponen de manifiesto la importancia de la dimensión mística en la vida cristiana. El encuentro con Jesucristo crucificado-resucitado es lo fundamental. Este encuentro enciende el corazón, suscita la conversión, da una nueva orientación a la vida, pone en movimiento todos los recursos de la persona. Al día siguiente de haberse encontrado con Jesús de Naza- ret, Andrés le dice con entusiasmo a su hermano Simón: «¡Hemos encontrado al Mesías!» (Jn 1,41). Sin el fuego de la experiencia de Dios, la vida cristiana deja de ser vida, y pasa a ser una rígida disciplina –como la del hermano mayor del hijo pródigo–, ritos vacíos, reuniones sociales, actividades altruistas o una fría doctrina. Jesús podría decir a muchos que tienen un comportamiento intachable y saben muchas cosas sobre Dios: «ustedes nunca han oído su voz ni han visto su rostro» (Jn 5,37). Solo la dimensión mística da color, calor, aroma, sabor y melodía a la vida cristiana. Fernando Torre, MSpS Director 1 Benedicto XVI, Carta encíclica Deus caritas est (25 diciembre 2005), 1.