REVISTA LA CRUZ 1067 NOV-DIC 2017 | Page 7

Editorial Todos los cristianos somos sacerdotes: por el bautismo participamos del sacerdocio de Jesucristo. Debemos ser sacramentos vivos de Jesucristo sacerdote, para que quien nos vea o nos escuche, lo vea y lo escuche a él (cf. Lc 10,16). Nuestra misión es colaborar con Jesucristo, para que su salvación llegue «hasta los confines de la tierra» (Hch 1,8). Con él y como él, somos puentes entre Dios y la humanidad; esto exige total pertenencia a Dios y solidaridad con todo lo humano; esto implica cruz, pues hay que pagar en carne propia el precio de la mediación. Impulsados por el Espíritu Santo realizamos nuestra misión sacerdotal: ofrecemos a Jesús al Padre y nos ofrecemos juntamente con él (LG 11), anunciamos el Evangelio, hacemos presente el Reino y entregamos la vida por los demás. Somos sacerdotes; de nosotros depende que la salvación de Jesucristo llegue «a toda la creación» (Mc 16,15); de nosotros depende que la alabanza y la acción de gracias de todas las criaturas lleguen a la Trinidad. Fernando Torre, MSpS Director 7