REVISTA LA CELLERA LA CELLERA Nº2 MARÇ 2017 ESCOLA 30 PASSOS | Page 29

29 Escola pública 30 Passos

JB.- Les diría ¿su hijo pestañea? El Comité de Nutrición de la Academia Americana de Pediatría, que es de los más importantes del mundo, insiste en que hay dos palabras que definen el apetito infantil: errático e impredecible. Como el pestañeo, el respirar o el dormir. El apetito es un instinto irracional que está en tu cerebro y, salvo si existe una grave enfermedad o en el caso de la anemia (poco probable que pase desapercibida), si un niño no come, será porque no tiene hambre, así de simple.

RP.- ¿Y si no come que vaya al médico?

JB.- Si de verdad hay preocupación, que vaya al médico y que en ningún caso le den un fármaco que abra el apetito. Si hay una enfermedad que quita el apetito, tratamos la enfermedad, no el apetito. Tratamos las enfermedades que quitan el apetito y que no son muy comunes, por cierto. Eso es lo que le diría a una madre o a un padre preocupados.

En el caso del comedor escolar, le diría que el número de ingestas que hace un niño en el comedor rondan el 15% y seguramente exagero. El niño merienda, cena, come también en casa el fin de semana, en semana Santa, el resto de vacaciones y en verano. Si computamos todas las comidas que un niño hace en el comedor escolar, son realmente pocas, la inmensa minoría. Así que todos esos monitores preocupados porque un niño no come deben saber que el papel que desempeña el comedor escolar sobre la nutrición infantil es muy pequeño; salvo si lo hacen mal. Es decir, si yo a ti te acaricio -imagina que soy tu marido-, te doy abrazos y lo hago más o menos bien como pareja, pero también te doy un bofetón, el bofetón va a estropear todo lo anterior. El comedor no hace falta que sea la perfección dietética, pero como haya alguien que obligue a los niños a comer, eso puede estropear la nutrición infantil al completo, ya que también forma parte de la nutrición. No hay que obligar a los niños a comer, de ninguna forma, cosa que ocurre bastante a menudo.