Revista Innombrable #8 - Pesadillas: espejos del sueño - 2017 | Page 42

No le puedo contar a nadie lo que pasa, lo que me sigues haciendo, creerían que ya enloquecí, pero es que tampoco tendrían por qué enterarse si esto nos compete a ambos, sólo a dos, nunca nos ha gustado que alguien se metiera a decirnos nada. Esa era nuestra forma tan aislada de ver el mundo. Ahora ya sólo duermo desnuda aprovechando el último calor de marzo para esperarte así, que me detengas en aquel estadio entre el sueño y mi razón, donde los párpados pesan como si estuvieran cosidos o adheridos con sangre coagulada, por eso no los puedes abrir ni moverte, ni gritar, en plena inmovilidad extiendo larga mi boca, no escucho nada hasta que apareces, y todo viento helado que se posaba en mi piel, se convierte en vapor de carbones ardientes del sauna bajo mi cama. Te veo así no abra los ojos, te posas sobre mi cuerpo inmóvil y me penetras insaciable, con furia, pero amable, sensual, mío, lágrimas, dices, por qué, te burlas, porque sé que este tiempo que pueden ser años o milenios son sólo segundos, minutos donde nos acercamos más que cuando dormíamos juntos y de espaldas cada uno para su lado. Las últimas noches llegábamos cansados y hartos de la oficina. Cada uno con sus propios asuntos, aislados, nos olvidamos de sonreír. La mañana que recibí la noticia de tu partida estaba duchándome y no paraba de sonar el teléfono. Era mi madre que me pedía encendiera la tele, un cochebomba acababa de estallar afuera de tu oficina, justo cuando te estacionabas. Los forenses me dijeron que te fuiste sin dolor, que otros se quemaban vivos antes o, lo que es peor, sobrevivían; a ti te mató el impacto, tu corazón siempre frágil. Extraño pelearme contigo para que luego me pidas disculpas tan vorazmente. Ahora sólo te apareces, me desnudas, acaricias y enciendes, me violentas en silencio, te disfruto, me llenas y te vas sin más hasta otra oportunidad, es ahí cuando tu recuerdo me invade y pienso en cerrar los ojos para volverte a sentir, aunque para serte sincera, te prefiero mejor así. 42