Revista Innombrable # 7 - Muros Poéticos, Ciudades del Silencio - 2015 | Page 49

Esther Eben-ezer Gil Hernández (México) El hombre solitario Octubre se inunda –literalmente- desatando el caos, en la ciudad que rara vez duerme. Su latido es incesante, perturbador. La vida es una renovación constante. Altas y bajas por doquier. Las raíces de los arboles luchan bajo el asfalto, sus ramas compiten por los rayos del sol, con las arquitecturas colosales. Hay lugares donde se reduce el espacio corporal, hasta la proximidad de los alientos. No se admiten los descuidos, la urbanidad a veces nos hace insensibles, ciegos ¿deshumanos? Es el mecanismo de supervivencia dentro de las grandes masas. Así, entre las calles y los edificios se abre paso el hombre metrópoli. A veces el mismo se pregunta cómo fue que llego hasta aquí. Sus pasos se han adaptado a los sorpresivos sobresaltos trepidatorios y oscilatorios de una ciudad que nunca para (ni parará). El mismo es una máquina perfecta que combina tiempos, quehaceres y esfuerzos. Siempre un paso ade [