Revista Innombrable # 7 - Muros Poéticos, Ciudades del Silencio - 2015 | Page 12
III
Lleva consigo
un gladio miniatura,
pociones de magia negra
y un profundo vacío metafísico.
Desnuda mujeres
con su imprudente voz,
Estridente y licenciosa
hasta el cansancio de Apolo.
Escondido en las rotondas urbanas,
Hace colapsar su logos.
Sale en búsqueda de augurios
En los bolsillos de los demás.
Sale esperando calmar su tedio.
Un día, uno de ellos salió.
Encontró al poeta
a quien hirió profundamente
al robarse su alma hecha versos.
Al robarse los versos
que retrataban ese, su mismo tedio.
IV
Movimientos difíciles de poetizar:
sus miradas se diluyen en todo;
sus músculos se mueven
como tentáculos de pulpos esquizofrénicos.
Sus gestos acentúan el desespero.
Todo y nada le sucede:
hurga las canecas buscando bocados trasnochados,
y golpea el inocente recipiente
al no encontrar nada.
Tuerce sus dedos,
acerca la pipa a su boca.
Coge sus cajas
y camina generando en la gentuza insensible
Recelo y zozobra.
El poeta se pregunta:
¿Qué soñaran, qué sentirán,
esos pasajeros errantes?
¿Cómo serán las noches suyas,
cuando sólo las esquinas hablan
un idioma frío?
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