Revista Innombrable # 6 - Eterno Femenino Cuerpo y Erotismo - 2014 | Page 70
Patricia K. Oliveira (Uruguay)
“PROFESIONALES”
Le tiembla la mano cada vez que la retrata. Desde el primer momento en que pisó su estudio, de eso
hace casi seis meses, ya no pudo controlar los caprichos de sus dedos.
Sólo de verla entrar vistiendo sus acostumbrados pantalones de jeans, una blusa ceñida al cuerpo y ese
bolsito tan coqueto bajo el brazo, le late descontrolado el corazón. Ella ni siquiera necesita colocarse
tras un biombo para desnudarse, él es el profesional que la retrata y que le paga; se supone que no se le
mueve un pelo, ya debería estar acostumbrado.
Sin embargo, cada prenda que cae de su cuerpo y deja al descubierto un centímetro de su blanca piel
provoca que sus hormonas se descontrolen y que un calor infernal lo recorra de los pies a la cabeza. Ese
estremecimiento, producto del deseo y no del estrés laboral, es lo que le provoca esas sudoraciones
frías que se instalan en su espalda y le erizan los vellos de la nuca.
No puede evitar humedecerse los labios cuando contempla sus pezones, imaginando que los recorre
con la lengua y les deja rastro de su saliva provocando que se pongan duros, aunque sea el frío la real
causa de esa reacción natural en tan bellos senos.
Su sexo da tirones de placer, hasta el dolor mismo, cada vez que su mirada se posa en la curva de su
cintura, donde dejaría deslizar sus manos una y mil veces hasta llegar a ese Monte de Venus que ya
conocen sus lienzos y en donde él ha rogado cada noche poder hundir su rostro y humedecerlo con su
lengua hasta la saciedad.
Y cuando mira su boca tan roja y sensual, imagina sus gemidos y sus jadeos al ritmo de sus caderas. La
imagina amoldándose a su miembro, henchido para ella, duro y dolorido para poseerla. Y sus manos
tan bellas, lo que daría porque lo recorrieran entero y se aferraran a su sexo con desesperación y
lascivia.
Le tiembla la mano cada vez que sus ojos la recorren entera e imagina que la toma a la fuerza, que al
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