Revista Foro Ecuménico Social Número 7. 2010 | Page 94
Responsabilidad Empresaria
Cuanto más grande es
la empresa mayor
poder e impacto
tienen sus decisiones
sobre la comunidad
y mayor debe ser su
responsabilidad ética.
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les resulta cada vez más necesaria para
asegurar su supervivencia y crecimiento.
Las llamadas Democracias Miopes, según un pensador contemporáneo, han
ido acortando su visión temporal y políticas de planificación a lo que duran los
ciclos electorales, generalmente de 2 a 4
años. Por el contrario, muchos proyectos empresarios son cada vez más complejos y con largos períodos de maduración, lo que obliga a una planificación
de largo plazo. Poner en el mercado un nuevo modelo de automóvil, o explorar y desarrollar un
yacimiento de hidrocarburos o
minero, implica muchos años de
preparación e inversión constante. Adicionalmente, luego de la
puesta en marcha de un proyecto
se necesitan varios años más de
operación estable para recuperar
el capital invertido. Con el largo
plazo de los proyectos aumentan las incertidumbres políticas y sociales, lo que
impulsa a las empresas a acotarlas con
acciones de RSE.
Una variante extrema de este fenómeno es el de ausencia total del Estado
en regiones del planeta en donde las empresas multinacionales tienen sus operaciones. Esto lo saben muy bien las empresas de recursos naturales que tienen
que operar en zonas en donde el Estado
solo existe como una entidad legal, ausente y abstracta. En esas zonas a las que
no llegan las políticas y acciones de los
Estados, las empresas deben necesariamente asumir roles típicamente estatales
como hacer escuelas, barrios, hospitales,
mantener la seguridad, etc. Parafraseando a uno de los economistas (price taker
o price maker) las empresas son muchas
veces “community makers” y no “community takers”, o sea, moldean la s comunidades en donde actúan en lugar de
tomarlas como un dato externo más.
Junto a este cambio producido en
los Estados y las empresas han surgido
otras organizaciones sociales que son las
ONG. Estas también desafían el poder
de los Estados Nacionales por su carácter global y por tener grandes conocimientos técnicos en sus áreas específicas
de acción. Si bien las ONG ayudan en
muchos casos a los Estados en la formulación de políticas públicas, no son los
Estados mismos, son terceros, y su aparición también tiende a debilitar a aquellos. En la sociedad del conocimiento el
poder se desplaza hacia aquellos que lo
tienen.
Otro factor a tener en cuenta en la
aparición de la moderna RSE es la opinión pública que percibe todos estos
cambios y transiciones en las relaciones
de poder. La opinión pública comienza
a preocuparse porque percibe que muchas cosas se están yendo fuera del control de los Estados y entonces aparece su
reclamo legítimo de ¿quién se hace cargo? Se comienza a mirar a las empresas
y a las ONG como organizaciones eficaces para dar respuesta a problemas y
ayudar a las comunidades. Se comienza a
demandar a las empresas bienes que tradicionalmente eran provistos por el Estado, como educación, salud, seguridad
etc. Debo aclarar que cuando las empresas asumen roles que tradicionalmente
pertenecieron a los Estados, no lo hacen
con la intención deliberada de reemplazar o desplazar al Estado. Es más, generalmente las empresas expresan enfática
y públicamente que no es su función ni
tienen el deseo de sustituir a los Estados
en algunas de sus funciones esenciales.
Pero la sociedad no solo demanda
bienes tangibles a las empresas y a las
ONG, reclama conductas más éticas.
Esto se produce, al menos, por dos causas: 1) cuanto más grande es la empresa
mayor poder e impacto tienen sus deci-