Revista Foro Ecuménico Social Número 7. 2010 | Page 80
Responsabilidad Empresaria
¿Son las finanzas
una “profesión”
–con una deontología
específica–
o son solamente
un comercio?
tienen sentido si se encuentran en interacción con la cultura corporativa efectiva (no la idealizada) y con la organización y el estilo de gestión.
Los empleados deben ser capacitados para “dar sentido” a sus decisiones
diarias, y para utilizar su juicio para tomar decisiones. Decisiones que deben
tratar, en la medida de lo posible, lo que
se refiere a preocupaciones por la prestación económica de la organización,
por el impacto ecológico y social de
sus actividades; preocupación por
los procedimientos internos y la
reglamentación, y por la calidad
del acto mismo.
De la ética en las Finanzas
Los negocios se basan en la
instrumentalización que es el corazón de la teoría de la agencia.
Esto se aplica igualmente a los accionistas, gerentes, empleados, así como
a los clientes. Entonces, ¿es posible que un
actor instrumentalice totalmente al otro y espere que este último no haga lo mismo con los demás, clientes o empleados? Kant dice: «trata al otro no sólo como un medio». Así,
habría que vender y diseñar productos
que sean “útiles” y no únicamente para
los que existe un mercado. Pero en realidad, un intermediario financiero es un
¿asesor o vendedor? Si fuese un asesor ¿hubieran sido inventados los créditos subprimes?
Lo anterior sumado a la explosión
de procedimientos complejos y anónimos pueden obstruir el “dar sentido a”,
que mencionamos anteriormente. Este
conjunto de circunstancias y acciones
pueden engendrar un peligro de «abdi-
cación ética o de alienación» donde los
empleados no pueden o no quieren buscar el sentido. Estos últimos ejecutan su tarea, y sólo se concentran en la eficiencia.
Por otra parte, la ética tiene también
una dimensión organizacional importante dentro de las empresas que no se debe
minimizar, pues las organizaciones pueden también ser «diseñadas para matar».
En definitiva, la ética debe servir para
dar sentido a las decisiones de las empresas y sus empleados, minimizando o eliminando los procedimientos complejos
en las organizaciones que pueden llegar
a ser un factor que lo impida.
Algunas preguntas abiertas
¿Quién es el cliente? ¿Es un “paciente” o un “cliente”? ¿Para ser servido o
para ser atendido? ¿Responsabilidad o
contrato fiduciario? ¿Son las finanzas
una “profesión” –con una deontología
específica– o son solamente un comercio? Estos dilemas generan inevitablemente conflictos de intereses múltiples
como es el problema de los “business models” de los conglomerados. ¿Las remuneraciones ciegan y vuelven obedientes
a los banqueros? Este último interrogante precisa una transparencia en los mecanismos de remuneración.
En definitiva, las finanzas deben garantizar el va y viene entre relaciones y
transac ciones. La transacción no debe
bajo ningún motivo imponerse a la relación. La relación se basa en la construcción de la confianza, que es un proceso
a largo plazo. La confianza institucional
e interpersonal ha de ser confirmada en
todos los niveles. •
Lectura recomendada: Dembinski, Paul H., ¿Finanzas que sirven o finanzas que engañan?, Piramide, 2010.
Paul Dembinski es director de L’Observatoire de la Finance. Fue creado en 1996 como un centro
de reflexión o think- tank que enmarca sus trabajos y debates en aspectos relativos a la responsabilidad
individual y colectiva en el mundo financiero. Con sede en Ginebra, basa su trabajo en la formulación
y el desarrollo de ideas, la propuesta de nuevos retos y la implantación de procesos que doten de contenido ético al debate técnico en las finanzas.
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