Revista Foro Ecuménico Social Número 7. 2010 | Page 76
Responsabilidad Empresaria
La responsabilidad
social es exigible y
uno de los grandes
retos que tienen
las empresas son
las memorias.
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Desde esa perspectiva creamos un
modelo que llamamos “modelo integral”, considerando que no hay un modelo universal. No hay un modelo universal de nada, ni de recursos humanos,
ni de comunicación, ni de responsabilidad social. Buscamos un modelo basado en un equilibrio, en nuestra cultura,
nuestros principios, nuestros valores, estableciendo un mapa de nuestros grupos de interés. Así ideamos este modelo
integral de responsabilidad social.
Es importante establecer el
mapa de nuestros grupos de interés porque al fin y al cabo cuando hablamos de responsabilidad
social hablamos de cumplimiento
del deber, de comportamiento ético y de compromiso social. Eso
supone tratar a la gente que tiene
interés en esa empresa, a todos y
cada uno de los stakeholders, de la
forma en la que equitativamente merecen ser tratados. En función de eso hicimos un modelo en el que a partir de
la propia empresa, en un primer círculo
aparecen aquellos que tienen una relación más directa y más inmediata con la
propia empresa, y que están una u otra
forma vinculados a la empresa por un
contrato, desde los empleados, los proveedores, pasando por los socios y los
clientes. En un segundo círculo está
todo el conjunto de stakeholders, que
no tienen una relación tan directa como
los anteriores, sino una relación relativamente indirecta, pero a los que también
afectan de una u otra forma las decisiones que toma la empresa.
Este modelo sirve para cualquier tipo
de empresa, sea grande, pequeña o mediana, y obedece a un criterio en el que en
responsabilidad social lo que no tenemos
que hacer es copiar. Tenemos que ser capaces de meternos en la piel de nuestra
propia empresa y, a partir de determina-
dos principios, establecer nuestro propio
modelo.
Ese modelo tiene que ver con una
tríada que incluye Buen Gobierno entendido como: 1) cumplimiento estricto
de la obligación general, 2) Transparencia; 3) Comportamiento ético en la empresa. Sin todo esto no se pueda hablar
de una empresa responsable.
Después hay un círculo que se refiere a la responsabilidad social, y que integran los planes de RSE, la difusión del
órgano de gobierno de la empresa, la determinación de los grupos de interés y
las memorias. Y por último, la contribución a la sociedad.
En muchos ámbitos se confunde la
acción social, que incluimos en este tercer círculo, como la base fundamental de
la responsabilidad social. La acción social
forma parte de la responsabilidad social,
pero no es toda la responsabilidad social.
Incluso si una empresa cumple con el
buen gobierno, y no quiere gastar dinero en otras cosas que tienen que ver con
la acción social, no por eso se puede decir que no sea socialmente responsable.
Otra cosa es que la sociedad le exija a la
empresa que sea capaz de dar algo de dinero, vía recursos económicos, vía recursos humanos, a gente que lo necesita.
Este modelo tiene como consecuencia que el buen gobierno es obligatorio y
es inevitable. Cumplir la ley lo es; si cumplimos la ley lo seremos, si no la cumplimos nos descartamos como responsables.
La responsabilidad social es exigible
y uno de los grandes retos que tienen las
empresas son las memorias, o sea, ser capaces de encontrar un sistema de reporte unificado que nos permita comparar
a unos con otros, lo que hacemos o dejamos de hacer. Desde el momento que
una empresa publica una Memoria de
Responsabilidad Social, aunque sea un
movimiento voluntario, está poniendo de