Revista Foro Ecuménico Social Número 7. 2010 | Page 65
Vivienda Social
Una causa de deserción muy importante es el hacinamiento. ¿Dónde hacen
los deberes los chicos de las villas miseria? ¿Dónde hacen los deberes los chicos
de las favelas? los hacen en medio del tugurio, del hacinamiento, y desde ya que
su rendimiento escolar es absolutamente
incidido por la falta de las condiciones
más mínimas para poder vivir. Desde la
mortandad infantil hasta la deserción escolar, la vivienda es central.
Con frecuencia se piensa el tema vivienda sólo en términos de que “tiene
una mala vivienda”. En realidad la vivienda es el resumen final de múltiples
exclusiones sociales. En América Latina
tenemos 120 millones de personas, 1 de
cada 5 latinoamericanos viviendo en un
tugurio condenado a una vida más corta, a perder años de esperanza de vida y a
vivir en condiciones de propensión a las
enfermedades y de riesgos de salud severos. Esto no tiene ninguna justificación
en un continente con las posibilidades de
América Latina.
A mediados del siglo 19 Londres instaló toda la infraestructura sanitaria de la
ciudad, o sea la población tuvo acceso a
un baño y a una instalación sanitaria desde entonces. Y los recursos de esa sociedad en esa época eran muy limitados. No
puede ser que una sociedad democrática
no asegure condiciones básicas de servicios públicos fundamentales que desde
ya están muy vinculados con la vivienda.
En América Latina tenemos un déficit de agua potable, de infraestructuras
sanitarias y de viviendas decentes que no
tiene ninguna justificación. Es éticamente inaceptable, y es una falla grave de las
políticas públicas.
Vivienda y exclusión social
Cada tugurio es un resumen de la
exclusión social. La vivienda condensa todas las otras exclusiones que están
funcionando en diferentes niveles. Así
quienes están en los tugurios son parte
del mercado de trabajo, o directamente de las cifras de desocupación abierta. Muy probablemente no terminaron
el colegio secundario, lo que los condena a estar en el trabajo informal, porque
sin diploma del secundario no hay ningún puesto de trabajo disponible en la
economía formal. Las empresas no toman actualmente personas que no tengan estudios secundarios incluso para
ocupaciones manuales, para ocupaciones de línea.
Tugurio es también, con frecuencia,
el drama de la falta de domicilio. Hay jóvenes de las villas miseria o de los tugurios que van a buscar trabajo desesperadamente en el mercado de trabajo y son
ayudados incluso en algunos casos por
ONG, como Cáritas o la Amia, a saber
encarar una entrevista, saber cómo hacer la b úsqueda, una serie de habilidades que normalmente no tienen los más
humildes y que son muy importantes.
Finalmente todo se cae cuando les preguntan en dónde viven y no tienen una
dirección para dar, porque parte de los
tugurios en América Latina no tienen
dirección, ni una calle con un número.
En algunas empresas, la respuesta es “yo
lo quisiera tomar, tiene muy buenas cualidades, pero si lo tomo, caigo en infracción con casi todas las leyes, porque si
se enferma le tengo que mandar un médico, y si lo tengo que registrar
en varios lugares ¿qué dirección le voy a dar? Si le
tengo que mandar alguna
carta de la empresa o si le
tengo que mandar alguna
comunicación ¿a dónde la
mandamos?”
La vivienda precaria es
también desconexión con el
Estado. El programa “Bolsa
La tercera parte
de la población
de Brasil está
amparada por
el Estado mediante un
programa que significó
la mayor redistribución
del ingreso en
la historia de ese país.
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