Revista Foro Ecuménico Social Número 7. 2010 | Page 57
Vivienda Social
Tomás Mackey
El ámbito necesario para la vida
Director del Seminario Internacional Bautista
En toda la Biblia el tema vivienda es
fundamental. La palabra “casa” tanto en
el Antiguo como en el Nuevo Testamento
tiene un significado amplio y muy ilustrativo de su importancia para la vida humana.
En el Hebreo del Antiguo Testamento, la palabra (bayith), transliterada, beth,
describe la casa o el edificio que habita
una familia. También se usa para aludir a
toda una familia y todo su entorno físico,
cultural. Por ejemplo: la Casa de David,
Casa de Judá. Además la palabra casa se
usaba unida a otra palabra que describía
alguna característica particular para dar
nombre a localidades: Betania, Bethel, Bethesda, Bethlehem, Bethfage, Bethsaida.
En el griego del Nuevo Testamento la palabra (oikos), transliterada (eco),
describe la casa o edificio que habita una
familia, pero además todo lo que ocurre
dentro de ella y su administración. La
misma palabra “oikos” se usa, en unión
con otras, para formar palabras de uso
común en castellano, tales como economía, ecología y ecuménico.
En resumen, la casa es la vivienda
que se habita, pero es también la familia
y la totalidad de lo que le acompaña para
su existencia. La casa en cierto sentido es
el ámbito necesario para la vida.
También se la usa para hablar del
mundo habitable. La casa es reconocida
como algo que forma parte valiosa de la
formación humana personal y social. Imposible pensar en un desarrollo sano de
una persona, de una familia, de un siste-
ma de relación comunitaria, sin la casa. La
casa es clave no sólo para tener un lugar
donde estar, sino para formar la persona.
Por lo dicho, la carencia de la casa, o
la tenencia de una casa con grandes deficiencias, crean una complicación más
que seria al desarrollo integral de las
personas y sus comunidades.
Al aplicar esta definición a nuestra
Argentina puede apreciarse el gran desafío ético que esto plantea. Cómo no reaccionar cuando tantas personas carecen de
una casa, o poseen una que dista mucho
de poder llamarse casa. Y no sólo esto,
sino que muchos de quienes la poseen han
tenido o siguen teniendo enormes complicaciones para adquirirla o sostenerla.
A esto debe agregarse que el problema
tiene ya en nuestra patria varias décadas.
Muchos de los trastornos que esto
implica para la vida social son evidentes.
El análisis de esta realidad puede y debe
tener varias miradas.
Cada vez que miramos la riqueza de
todo tipo existente en nuestro país, el
diagnóstico y la respuesta a temáticas como la que confrontamos es política, es
económica, es cultural, educativa, laboral, y es también
moral. Necesitamos más
dinero, más trabajo, más
desarrollo tecnológico, pero
también necesitamos orientar
toda esa fuerza con un sentido
ético social. •
La casa es clave
no sólo para tener
un lugar donde
estar, sino para formar
la persona.
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