Revista Foro Ecuménico Social Número 7. 2010 | Page 22
Redescubrir la diversidad
Guillermo Oliveri
La fe después de la shoá
Secretario de Culto de la Argentina
El siglo 20 ha sido testigo de una
No olvidar,
para que no vuelvan a
repetirse en
el futuro violaciones
sistemáticas y masivas
de los derechos
humanos.
40• FORO
tragedia inefable, que nunca se podrá
olvidar: el intento del régimen nazi de
exterminar al pueblo judío. Hombres y
mujeres, ancianos y jóvenes, niños y niñas, sólo por su origen
judío, fueron perseguidos y deportados.
Algunos fueron asesinados inmediatamente; otros fueron humillados, maltratados, torturados y
privados completamente de su dignidad
humana y, finalmente, asesinados. Poquísimos de los que fueron internados en
los campos de concentración pudieron
sobrevivir, y los que lo han logrado han
quedado marcados por el horror.
Esa fue la Shoah: uno de los principales dramas de la historia de este siglo,
un drama que nos afecta todavía hoy.
Y nos afecta porque el Holocausto ya no
le pertenece solamente al pueblo judío,
sino que nos pertenece a todos.
Y justamente por eso quiero referirme a una de los tantas y ricas contribuciones que nos ha dado y nos da esta comunidad como lección para el presente
y para el futuro, que es fortalecer y promover el ejercicio de la memoria.
Y es la memoria viva de su propio
dolor como pueblo. Es la aberración del
Holocausto que quedó expuesta a los
ojos de los que sí quisieron ver, de los que
sí quisieron investigar, juzgar y castigar; y
de la Argentina que sí quiso y quiere recordar y no olvidar, para que no vuelvan a
repetirse en el futuro violaciones sistemáticas y masivas de los derechos humanos
como las que tuvieron lugar en el contexto de los procesos genocidas del siglo 20.
La Shoá se ha convertido en el paradigma de quienes tuvieron en alto la
dignidad humana en la peor de las situaciones. Y es lo que debe ayudarnos a
comprender mejor otros genocidios.
Encuentros como este contribuyen a
impedir el olvido y enfatizan, al mismo
tiempo la esperanza de un mundo más
digno y la construcción de un espacio
cada vez más afín a cada ciudadano.
Quisiera recordar al gran arquitecto
del acercamiento desde el catolicismo, al
Papa Juan XXIII, quien siendo Nuncio
en Turquía, salvo a miles de judíos de los
campos de concentración al entregarles
certificados de Bautismo.
Para finalizar evoco las palabras de
S.S. Juan Pablo II quien ante el monumento que recuerda a las víctimas de la
Shoá dijo: “En este lugar de solemne
evocación, rezo fervientemente para que
nuestro dolor por la tragedia que sufrió
el pueblo judío en el siglo 20 nos lleve a
una nueva relación entre cristianos y judíos. Aquí en Yad Vashem, la memoria
vive y arde en nuestras almas”. •