Revista Foro Ecuménico Social Número 7. 2010 | Page 136
ADESO
Proyectos Prosol
La Asociación para el Desarrollo Social promueve el progreso en zonas rurales
Capacitaron a
800 productores,
construyeron
5 plantas de
procesamiento, y
constituyeron
3 cooperativas
de producción.
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desde 2005, conjuntamente con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
Favorecen la creación de empresas sociales cooperativas, agroindustrias, a través de acciones de formación, asistencia técnica y transferencia de tecnología para
el procesamiento de frutas y hortalizas, pimiento para pimentón y quínoa, mediante
métodos artesanales, y el uso de la energía solar.
Beneficiarios directos son mil familias campesinas del noroeste argentino,
productores rurales minifundistas en situación de vulnerabilidad económica
social, afectados por la crisis económica.
Capacitaron a 800 productores, construyeron 5 plantas de procesamiento,
constituyeron 3 cooperativas de producción, con más de 100 cooperativistas
capacitados, concretaron una red intercooperativa para la programación y comercialización de 24 nuevos productos, y un consorcio para participar en ferias
nacionales e internacionales.
El proyecto se desarrolla en las provincias de Jujuy y Salta, en la Puna Andina, la Quebrada de Humahuaca, y los Valles Calchaquíes.
Logran nuevas oportunidades económicas y puestos de empleo estable en el sector de la producción, a través de la incorporación de tecnologías sostenibles que generan valor agregado a los productos y optimizan la comercialización, con criterio
de comercio justo.
Los proyectos, cofinanciados por la AECID y la Fundación Interamericana, permitieron el incremento de la cadena de valor de productos alimenticios en una región agropecuaria. Así se ha puesto en valor la producción local.
Las plantas de disecado, para el procesado artesanal de los alimentos, tienen garantía de calidad alimentaria para su comercialización local e internacional.
Se continuó con la producción artesanal de los alimentos, poniendo en práctica
las formas locales de culto a la tierra (Pachamama), para rescatar recetas ancestrales
de tradición indígena, como sopas Kolla Llawa, a base de harina de maíz amarillo,
sopas Kulli, a base de maíz morado, y sopas Quínoa a base de quínoa, principal alimento de los Incas.
Se trata de proyectos sostenibles en el tiempo, con capacidad de funcionamiento
autónomo, sin dependencias externas. Una vez finalizados, son de propiedad de los
productores y los gestionan ellos mismos. Se trabaja desde el inicio en la promoción
de la participación y en la incorporación de la propiedad de los bienes y productos
del proyecto por parte de los campesinos. Las plantas tienen capacidad productiva
autónoma y capacidad de crecimiento. Son administradas por una cooperativa, habilitada por el Senasa. Eso les permite romper con la intermediación usurera. •