Revista Foro Ecuménico Social Número 12. 2015 | Page 24
Los laberintos de Borges
María Kodama
Los laberintos de Borges
Presidente de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges
Cuando
Decana de la Facultad de
Comunicación de la Universidad
Pontificia de Salamanca,
Asunción Escribano,
Kodama, Ravasi y Jacinto
Núñez Regodón, Vicerrector.
El laberinto es una de
las formas familiares
al hombre... Su origen,
como representación
gráfica, puede
coincidir casi con
el origen del hombre.
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el arúspice miraba en las entrañas palpitantes aún, de sus víctimas,
buscando el mensaje que redimiría a su
pueblo de pestes y
agonías, o el mensaje que lo conduciría
a la gloria o la derrota en una guerra,
encontraba en esas
vísceras un dibujo
que se semejaba y
era laberinto para él.
¿De donde le llegaba la respuesta, de
esas vísceras o de
este otro laberinto,
el cerebro que rige y
regula nuestra vida desde sus dos mitades y que solo en armonía logra la plena
realización del ser humano?
El apego del hombre por el laberinto es notable y se remota a las incisiones rupestres en zonas de extracción de
estaño de la edad de Bronce. Hay laberintos encontrados que pertenecen a la
Edad de Hierro cerca de 800 a 400 A.C.
en Campanine nesso Capo di Ponte. El
laberinto sería para los mineros una guía
en las vísceras de la madre tierra, encerraría la esperanza del retorno, una mágica seguridad.
El laberinto es una de las formas familiares al hombre como bisontes encontrados en las cuevas de Altamira. Su origen, como representación gráfica, puede
coincidir casi con el origen del hombre.
Más complejo se torna el tema cuando acudimos a las palabras. La definición de laberinto es como todo intento
de definir, ambiguo y se bifurca como un
laberinto en sí misma. Según el diccionario de la Real Academia Española, laberinto viene del latín y este del griego,
laburintos: lugar artificiosamente formado de calles, encrucijadas y plazuelas para que confundiéndose el que está
adentro no pueda acertar con la salida.
La segunda acepción es cosa confusa y
enredada, y la tercera, composición poética hecha con tal artificio, que los versos
pueden leerse al derecho o al revés y de
otras maneras sin que dejen de formar
cadencia y sentido.
Desde la etimología comienza esta bifurcación que conduce a