Revista Foro Ecuménico Social Número 11. 2015 | Page 82

Responsabilidad Social y Ciudadana Mariela Jorgelina Tulián Los derechos de comunidades indígenas Consejo de Casqui Curacas Comunidad Tulián Hoy Seguimos resistiendo con amor, paciencia y con fe en la humanidad. tenemos muchos Derechos consagrados en la Constitución Nacional Argentina y en otras tantas e importantes leyes internacionales, pero nuestra resistencia pacífica sigue siendo vista como un acto de violencia simbólica. Por eso decimos en voz muy alta y firme que tenemos Derecho a nuestra existencia, tenemos Derecho a poseer una identidad definida y propia. Y tenemos Derecho a la libertad y a vivir con dignidad. Pero sucede que nuestros derechos surgen del territorio, cobran sentido solamente si respondemos al llamado de nuestra Madre que es la Tierra, al llamado de nuestro Padre que es el Sol y de nuestros hermanos Árboles, Animales del monte y de los espíritus eternamente vivos que protegen al Monte Nativo, nos protegen y nos acompañan en el camino de nuestras vidas. Los Pueblos y Comunidades Indígenas, Originarios, Nativos, Naturales de este Territorio, hemos sido empobrecidos por más de quinientos años de genocidio, padecimos el intento de exterminio de nuestras culturas y sufrimos el avasallamiento de nuestros territorios. Seguimos resistiendo con amor, paciencia y con fe en la humanidad. Hoy después de siglos de resistencia, nos estamos poniendo nuevamente de pie. Y lo hacemos reconstruyendo nuestra historia, nuestra verdadera historia, silenciada o intencionalmente mal contada. Es por eso que le pedimos nos posibiliten el acceso a los Archivos Históricos del Vaticano y a los Archivos de Indias. Sabemos que allí vamos a encontrar secciones muy importantes de nuestra historia. Partes de un rompecabezas que estamos armando, para la restauración de nuestra dignidad y porque, para que cualquier reivindicación histórica sea posible, primero debemos rearmar nuestros corazones rotos, colocando en él aquellos pedazos dispersos por lejanos territorios. Hermano Francisco, cuando usted fue elegido como Papa del mundo, siendo jesuita, fue un gran mensaje de esperanza para nosotros. Pero cuando supimos que había elegido por nombre Francisco, nuestros abuelos nos dijeron que era la señal de que un nuevo tiempo de amor nos esperaba a través de usted; y hoy llega un representante suyo a escucharnos. Conmovidos, le pedimos nos escuche y atienda nuestro pedido. Que el gran espíritu hacedor de la vida misma nos abrace, y definitivamente nos hermane. • Documento presentado al Cardenal Ravasi. Texto completo en atriodelosgentiles.com.ar 80• FORO