Revista Foro Ecuménico Social Número 11. 2015 | Page 23
Atrio de los Gentiles en la Argentina
atrevo a decir que la Hermana Theresa
“...es el corazón pensante de las sierras cordobesas...”. Todavía tengo grabados en mi
alma el encuentro con los representantes de algunos grupos indígenas presentes aún hoy en la Argentina y, al finalizar
el encuentro, la representación con danzas y música de los chicos y chicas de la
Misión Esperanza sobre la Virgen María. Simplemente trascribo lo que en fecha 30 de noviembre, anoté en mi diario:
“Nos encontramos con distintos representantes
de grupos indígenas y ...los hemos escuchado.
Ha sido un encuentro casi místico: nos hemos
sumergido en los siglos pasados y por momentos, para mí, ha sido como volver al comienzo
de la creación... la tierra es nuestra madre común, es la casa de todos y nosotros somos simplemente huéspedes... pedir permiso a la tierra
que nos acoge, nos ampara, nos alimenta... el
encuentro con personas distintas ha sido redescubrirnos como hijos de la misma madre y reconocernos, si bien en la diversidad, hermanos
y compañeros de ruta... respetar la tierra para
que los que vendrán la puedan habitar y sentirse
acogidos. Dios, después de haber creado el cosmos, el mundo, la tierra, el hombre, se retiró a
fin de que la tierra, los hombres pudieran vivir
su existencia libre y responsablemente... Jesús,
el hijo de Dios, movido por el amor y solo por
amor quiso dejar el cielo para habitar la tierra
que tanto y tanto amaba... pero quiso hacerse
tierra y hombre y pidió permiso para entrar...
a María. Dios le pidió, a María, si quería hacerle casa, morada... golpeó a la puerta de su
corazón, de su alma... llamó a la puerta de la
persona de María para poder, a través de ella,
entrar en el mundo... María, para Dios, puerta
del cosmos, del universo, de la tierra y del mundo y ahora... María, para nosotros, puerta de
la Trinidad, del cielo, de la eternidad... María
casa y tierra del encuentro entre Dios y el hombre, entre cielo y tierra, entre humano y divino,
entre inmanencia y trascendencia, entre finito e
infinito, entre mortal e inmortal, entre pecado y
gracia... María lugar de la misericordia y de la
infinita ternura de Dios para la tierra y para
cada hombre y cada mujer...”.
Me pidieron que escribiera algo sobre el Atrio y me salió esto. No soy un
intelectual sino simplemente un peregrino en esta tierra. Sigamos caminando
juntos y con tantos otros compañeros
de ruta, como escribía Borges, “conspirando”, porque “...Se trata de hombres de
diversas estirpes, que profesan diversas religiones... Han tomado la extraña resolución de ser
razonables. Han resuelto olvidar sus diferencias y acentuar sus afinidades... los cantones
ahora son veintidós. El de Ginebra, el último,
es una de mis patrias. Mañana serán todo el
planeta. Acaso lo que digo no es verdadero, ojalá sea profético”.
C on tantos amigos del Foro con los
cuales nos une la fe en Jesús, sigamos
abriendo caminos y construyendo puentes de encuentro y de diálogo, sabiendo
que no estamos solos y nos acompaña la
oración que Jesús hizo al Padre antes de
despedirse de los suyos: “Padre... que todos sean uno”. •
Sigamos caminando
juntos y con tantos
otros compañeros de
ruta, como escribía
Borges, “conspirando”.
P. Francesco Ballarini
Ceremonia aborigen
con Ravasi y
Theresa
FORO
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