Revista Foro Ecuménico Social Número 10. 2013 | Page 72

Responsabilidad Social Un cambio puede llegar a través de la sociedad participativa en la que la empresa responsable se puede presentar como anticipo y modelo de un tipo concreto y real de responsabilidad social corporativa. 90• FORO diante subsidios o desgravaciones fisca­ les en un caso, o poniendo a disposición considerables recursos en otro. En esta situación han surgido numerosas for­ mas nuevas de colaboración entre enti­ dades estatales y sociales. El estudio de la economía como ciencia y como práxis en su conexión con la ética nos obliga a responder a alguna pregunta inicial, ¿por qué estu­ diar economía desde la ética? ¿qué sen­ tido tiene relacionar la mediación eco­ nómica con la responsabilidad social? La respuesta no hay que buscar­ la en el convenci­miento extendi­ do de que hoy la economía es una de las ciencias sociales más impor­ tantes. Nuestra respuesta nace de la constata­ción de que la economía for­ ma parte de la esencialidad humana y por tanto atañe a su responsabilidad y a su sociabilidad. Dentro de esta relación, ética y eco­ nomía, la empresa responsable ocupa un lugar significativo en referencia al ser humano. Esta, como realidad social, es una invención humana y un instrumen­ to diseñado por el hombre para satisfa­ cer mejor sus necesida­des contentando a los demás. Se trata de una asociación libre de personas, destinadas a la pro­ ducción de bienes y servicios vendibles, a la que unos aportan capital y otros trabajos, ya sea de dirección o de eje­ cución. Por otra parte, ante los dos siste­ mas econó­micos más extendidos en oc­ cidente (Liberalismo y Colectivismo), existiendo en ellos contra­dic­ciones in­ trínsecas y, a la vez, aportaciones de las que se puede sacar opciones sociales po­ sitivas para la humanidad, nos podemos preguntar, desde la búsqueda de la res­ ponsabilidad empresarial, si ¿es posible transformar estos sistemas haciéndoles más humanos y humanizado­res? o ¿de­ bemos presentar una tercera vía de for­ mación del proceso económico y social?. ¿Cómo conciliar y vivir desde la éti­ ca esta realidad que a veces es conflictiva y hasta irreconciliable desde el engrana­ je socioeconómico? Antes de responder a esta pregunta, creemos que “no co­ rresponde a la ética proponer un mode­ lo económi­co concreto; la competencia de la ética está en el reino de los ‘fines’ y no en el de la instrumentalización téc­ nica de los me­dios”. Optamos por so­ ñar con una utopía económica y ofrecer algunas modestas ofertas, propias de la “responsabilidad social corporativa” que nos lleven hacia un autén­tico intercam­ bio de bienes. Pero esta propuesta solidaria no per­ tenece al campo de las utopías irrealiza­ bles sino de los ideales posibles. Se pue­ de decir que de las soluciones utópicas se han apartado tanto humanistas como economistas. Pero los grupos participa­ tivos en el ámbito social pueden ir cam­ biando la imagen social de la misma so­ ciedad. Un cambio puede llegar a través de la sociedad participativa en la que la empresa responsable se puede presen­ tar como anticipo y modelo de un tipo concreto y real de responsabilidad so­ cial corporativa. En este sentido nos re­ ferimos al manifiesto firmado por va­ rios economistas en 1988 dirigidos por el premio nobel de economía K. Arrow: “Es necesario que los ciudadanos y los responsables políti­cos opten y vo­ ten, a sus niveles respectivos, electora­ les o parlamentarios, gubernamentales e internacionales, nuevas leyes, nuevos presupuestos, nuevos proyectos y nue­ vas iniciativas, que sean inmediatamen­ te puestos en práctica para salvar a miles de millones de hombres de una deficien­ te alimentación y del subdesarrollo, y de la muerte por hambre a centenares de mi­ llares de seres de cada nueva generación”.