Revista Foro Ecuménico Social Número 10. 2013 | Page 68

Crisis ética y economía No todo lo económicamente racional conduce siempre al fin social del bien común. No todo lo que sucede –las “leyes económicas”– ha de seguir siendo así (dato/variable). Ni todo lo que funciona, funciona bien; ni todo lo eficiente es legítimo. Ahora bien, si quiere ser operativa y tener incidencia real en la configuración de un mundo de más calidad, debe estar atenta a las ciencias humanas y sociales (particularmente, en este caso, a la Economía) que, en definitiva, son las que explican el funcionamiento de las estructuras por las que discurre el humano convivir. En resumidas cuentas, tanto desde un punto de vista como desde el otro, la conclusión es la misma: La Economía necesita, entre otras cosas, de la racionalidad ética; a la vez que la Ética debe apoyarse, también, en la racionalidad científicoeconómica. Desde la perspectiva de la Ética; y por referencia a las tesis de ciertas versiones de un economicismo ultra liberal que parecía estar inmunizado –al menos hasta la crisis sistémica que sufrimos– desde la ideología del pensamiento único frente a críticas y matices, convendría, hacer las siguientes indicaciones telegráficas, con vistas a perfilar de manera más adecuada un planteamiento más rico: 1. En la dinámica social no se actúa solamente de acuerdo a la racionalidad económica.; y hay necesidades que no se ven satisfechas desde la Economía. 2. El axioma de que el egoísmo –el autointerés–, la búsqueda irres- 86• FORO tricta de los propios objetivos individuales, es beneficioso siempre, para todos, y por sistema ha de ser sometido a revisión crítica. La evidencia empírica parece no compadecerse bien con la tesis. Y, en todo caso, no todo lo económicamente racional conduce siempre al fin social del bien común. 3. No todo lo que sucede –las “leyes económicas”– ha de seguir siendo así (dato/variable). Ni todo lo que funciona, funciona bien; ni todo lo eficiente es legítimo. 4. Es preciso articular la Ética con la Economía, apostando por una Economía de Mercado al servicio de la persona humana. 5. Como pistas pertinentes a partir de las que encontrar criterios para la acción, cabe hacer referencia a los clásicos principios que la Doctrina Social de la Iglesia viene ofreciendo: De un lado, el derecho a la libre iniciativa, el principio de subsidiariedad y el derecho de propiedad privada.Y de otro, los principios basados en la dimensión social de la persona, tales como los siguientes: La función social de la propiedad, la búsqueda del bien común, el principio de solidaridad, la opción preferencial por los pobres; y el respeto al medio ambiente. •