Revista Foro Ecuménico Social Número 10. 2013 | Page 63
Crisis ética y economía
decisiones o las maniobras estratégicas. Se requiere aplicar principios éticos y lograr el buen
gobierno de la organización. La gobernabilidad
se preocupa por el respeto de los acuerdos internos con los diversos actores que sostienen a la organización. En lo externo es negociar en forma
equitativa con los grupos de interés y lograr una
educada sintonía social para satisfacer las legítimas y cambiantes demandas de la población”.
Ahora trato de ampliar esas ideas y sostengo que el enfoque de la gerencia social es un camino deseable para construir
el buen gobierno, para darle sentido.
El enfoque social brinda una visión
de la relación entre las dimensiones de
factibilidad , gobernabilidad y sociabilidad. Lo hace desde la consideración de
principios y valores éticos, para lograr
una asignación equitativa de recursos y
la construcción de proyectos compartidos. Haciendo base en lo social, evaluar
las condiciones para la factibilidad y gobernabilidad. La idea de una filosofía de
gestión incluye la actitud de hacer base
en cada criterio para desde allí evaluar a
los restantes, hasta lograr puntos de encuentro que superen las diferencias en
una organización vivible y constructiva.
La construcción de proyectos
compartidos
Considero que no alcanza con advertir sobre la convivencia del orden y
del desorden, la razón y las emociones, la
estrategia e identidad. No basta con señalar los factores de la subjetividad que
están presentes en decisiones que se dicen racionales. Se trata también de evaluar las consecuencias sociales (y ecológicas) de las políticas de empresa cuando
los directivos deciden pensando solamente en la productividad y la eficiencia
de las operaciones. He señalado que el
énfasis en los resultados de corto plazo
también afecta la continuidad de la organización. El incremento constante en
las exigencias laborales deteriora la actitud del personal, anula su creatividad
en un entorno que demanda innovación
sostenida. No solo hay incongruencia
en estas estrategias directivas sino que
también son una fuente de injusticia y
deterioro en el clima y las relaciones laborales.
También debe notarse que la complejidad no es sinónimo de negatividad
o desigualdad. El trabajo en un entorno
incierto también permite reforzar las relaciones y formas de superar problemas
no previstos, como aportes constructivos para la organización. La complejidad es un concepto que refiere a zonas de diversidad y ambigüedad, pero
también refiere a procesos de autoconstrucción en la organización. Es decir, se
relaciona con la capacidad de enfrentar y superar situaciones imprevistas o
impensadas. Y hacerlo, además, con un
sentido social, no como parte de un juego egoísta o competitivo.
Hay positividad en la creación autónoma de nuevas pautas de colaboración,
en la ayuda mutua y la innovación. Pero
estos procesos autónomos son posibles
en un ambiente de colaboración, de trabajo en equipo con libertades reconocidas. De otro modo, la autoconstrucción tiene que ver con los mecanismos
de defensa y agresión desde los grupos
sociales hacia una realidad amenazante e indeseable. La autoconstrucción, como aporte creativo desde los
grupos sociales, tiene sus condiciones
de clima laboral,
y debe analizarse
la medida en que
la complejidad
afecta a dichas
condiciones. El
análisis no im-
Hay positividad en la
creación autónoma
de nuevas pautas
de colaboración,
en la ayuda mutua y
la innovación. Pero
estos procesos
autónomos son
posibles en un
ambiente de
colaboración, de
trabajo en equipo
con libertades
reconocidas.
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