Revista Foro Ecuménico Social Número 10. 2013 | Page 59

Crisis ética y economía ción, sindicatos y otros actores que influyen sobre la organización. Tratar con la complejidad no es una cuestión de orden formal o técnico. No se trata de buscar la solución matemática a un complicado problema de ecuaciones múltiples. Es una evaluación de las políticas y sus consecuencias desde una prioridad social. Implica una visión de la subjetividad de la organización, de la potencialidad social y las necesidades humanas, no sólo desde la óptica de los presupuestos, el plan de negocios o el balance proyectado. No hay una relación incompatible entre estos términos del problema. Pero en un entorno competitivo está el peligro de entronizar el crecimiento de la organización por sobre el desarrollo individual y comunitario. Desde la gerencia social se advierte que la superación de la complejidad debe hacerse considerando factores de orden social, cultural y político, no solo tecnológicos o económicos. Deseo avanzar en la tema de la geren cia social y la complejidad, con referencia a cinco dualidades, entre las posibles: a) la cuestión del crecimiento con desempleo, como una expresión de la dualidad individuo-organización, y de la praxis enfrentada con los principios sociales, b) los significados contrapuestos respecto del orden establecido en la organización, dualidad ubicada en el plano de las imágenes y comunicaciones, c) la ambivalencia entre la identidad construida y los manejos estratégicos de la dirección, que enfrenta los procesos de adaptación al medio (cambio), con los rasgos constitutivos de la empresa (invariancia), d) el tiempo, por la oposición entre los resultados en el corto plazo (excesiva carga de trabajo) y su impacto sobre el estado futuro de la organización (personal desmotivado), e) la dualidad entre el llamado a confrontar y competir (ga- nar o ganar) en términos individuales, y el simultáneo requerimiento de una actitud de colaboración y trabajo en equipo para el bien de la organización. Respecto de estos ejemplos de complejidad, mostraré la distinta forma de tratar las dualidades y contradicciones desde la visión racional-mecanicista que lleva a una dirección por resultados y un enfoque de gerencia social que lleva a la dirección por principios. Respecto de las dualidades aclaro que no siempre reflejan una oposición entre distintos grupos de interés, sino que también se refieren a las múltiples posiciones que coexisten en la misma organización. En parte porque la organización se construye sobre una diversidad de lógicas, capacidades y motivos. En un servicio público la limitada visión del burócrata, del proveedor del Estado y las necesidades del ciudadano. Pero también porque la propia organización no es un proyecto compartido sino que emerge y se sostiene como la expresión de una racionalidad dominante. La capacidad humana es un aporte creativo en la medida que se reconozcan sus necesidades y sus propios requerimientos, no cuando se la trata como recurso o medio productivo. Al referirse a los rasgos de una filosofía humanista de empresa, L. Gratton (2001) afirma que las políticas de conducción deben reconocer tres principios asociados con las características del capital humano: a) “funcionamos en el tiempo”, es decir, las conducta actual se ve influida por creencias sobre qué ofrece la empresa en el futuro, o sea, una memoria del futuro; b) Hay también situaciones contradictorias de carácter estructural. Por caso, la dualidad en el cambio tecnológico, cuando un nuevo equipamiento lleva a despidos o riesgos de contaminación FORO •77