Revista Foro Ecuménico Social Número 10. 2013 | Page 56
Crisis ética y economía
El caso
latinoamericano
de los 80 ilustra
los problemas de
poner todo el
énfasis en el control
de la inflación y
del déficit público por
la generación de
una espiral contractiva
que resulta muy
difícil de romper para
los países.
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mica a las circunstancias nacionales, lo
que se ha dado en llamar la apropiación
o “ownership” de las políticas, tanto a
las instituciones existentes, como a las
condiciones políticas, que pueden hacer
que unas políticas sean viables y otras
no, y, también, a la estructura productiva del país.
Por tanto, una primera enseñanza sería la importancia del pragmatismo en
el diseño de la política económica y la
adaptación de esta política a las circunstancias nacionales.
Una segunda enseñanza tiene
que ver con la llamada “trampa de la austeridad”. En efecto, el caso latinoamericano de los
80 ilustra los problemas de poner
todo el énfasis en el control de la inflación y del déficit público por la generación de una espiral contractiva que
resulta muy difícil de romper para los
países. En el caso europeo actual, la ortodoxia de la Comisión Europea y/o de
Alemania es heredera del dogmatismo
neoliberal del Consenso de Washington
y debe tenerse en cuenta que no es la única opción de política económica viable,
puesto que Japón y Estados Unidos están
aplicando políticas diferentes. Por tanto,
una segunda enseñanza tiene que ver con
la necesidad de evitar, en la medida de lo
posible, la “trampa de la austeridad”.
Un tercer aprendizaje tiene que ver
con las consecuencias de los recortes en
la inversión en capital humano y tecnología. Aunque América Latina ha avanzado mucho en términos de alfabetización, los recortes en la inversión pública
en la década de los 80 en América Latina todavía se hacen notar. A pesar de los
crecimientos de los recursos dedicados a
la inversión en educación en los últimos
años, las exigencias de formación de las
TICs y de la “nueva economía” han aumentado aún más y las carencias de la
región siguen siendo muy importantes,
tanto en la calidad de la enseñanza pública, como en la cobertura de la enseñanza
secundaria e universitaria. España y los
países del sur de Europa tienen carencias
importantes en términos tecnológicos y
están recortando su gasto en I+D, por lo
que está aumentando otra vez su distancia con los países más avanzados. Ante
estos recortes surge la pregunta: ¿cómo
se puede cambiar el modelo productivo
sin inversión en capital humano y sin inversión en tecnología?
Un cuarto ámbito de preocupación
tiene que ver con el aumento de la pobreza y la desigualdad. En América Latina la pobreza aumentó enormemente
con la crisis de la deuda y la década perdida de los ochenta, pasando de 136 millones de pobres en 1980 a 200 millones
de personas en 1990 y esta cifra siguió
creciendo hasta 2002 cuando se alcanzaron los 225 millones de pobres. Del mismo modo aumentó el sector informal
que, hasta hoy, sigue siendo uno de los
retos de la región que continúa teniendo
problemas serios de recaudación fiscal.
Los problemas de exclusión y falta
de cohesión social también son evidentes en España. A pesar de que en España el nivel de vida es más alto, la renta
media ha bajado de 28.500 a 26.500 $ de
2005 en PPP pero hay importantes problemas sociales, con un impacto desigual
de la crisis que afecta a más de 6 millones de parados, con más de 1,7 millones
de hogares en los que nadie trabaja y con
aumentos de la pobreza hasta el 22 % de
la población, al tiempo que los servicios
sociales públicos y Cáritas y Cruz Roja
dan cuenta de graves problemas.
Este incremento de la pobreza también está aparejado con un deterioro de
la cohesión social. Los escándalos de corrupción están minando gravemente la
confianza de los ciudadanos en los polí-