Revista Foro Ecuménico Social Número 10. 2013 | Page 23

Diálogo Intercultural a tener pesadillas. “Entonces un día usted se va a despertar de ese sueño, y va a sentir el Sol o va a sentir la lluvia de otro modo, porque usted será posiblemente una flor o la hoja de un árbol, o una mariposa; será otra cosa, será parte de eso que es la Creación, y que es Sagrada. Todas las co­sas son sagradas, por eso usted tiene que respetarlas. De acuerdo con el sintoísmo, me dijo mi padre que si él moría antes no lo llorara, porque él sería un Dios para mí y entonces estaría para protegerme. Y si yo moría antes que él yo lo protegería a él. “Entonces no hay porqué tener miedo”. ¿Nos podrías decir algo de cómo Borges vivía su rela­ción con el cuerpo, cómo experimentó su límite físico, su ce­guera? Borges tenía un espíritu muy especial, el siempre me contó que sabía desde chico que iba a quedar ciego, porque su ceguera era hereditaria por línea paterna. De allí que trataba de leer mucho y recordar. Yo diría que la ceguera fue para él una cosa aceptada desde muy chico. Aunque igual debe haber sido algo te­rrible. Como un estoico, nunca se quejó, ni sintió que eso fuera algo que lo inhibiera de hacer cosas; es decir, fue tratando de amoldar y de acomodar su vida para seguir haciéndola normalmente. Era terriblemente independiente. Yo diría que asumió su ceguera con inteligencia, tornando en positivo lo negativo que podía darle la vida. Cuando se quedó ciego pensó que era el mo­mento de empezar a estudiar anglosajón, islandés. Cuando otra persona hubiera pensado que se marcaba el fin de algo, él comenzó un estudio. Era evidente la formación muy positiva de un carác­ter. La historia de la ética para algunos historiadores se divide en los que enfatizaron la vir- tud o la felicidad ¿A Borges qué era lo que más le interesaba? Había una confluencia de las dos cosas. Sentía que su des­tino era escribir. Por un lado su obra era lo más importante, y todos sabemos que de un alto valor estético. No creo que haya una sola página donde uno pueda encontrar una palabra o un giro que no lo llene a uno de placer, de placer estético, de la forma con que se desarrolla su pensamiento. Pero por otra parte, él era un hom­bre ascético, con una formación rígida, y creo que lo más im­portante para él, justamente la ética, la entendía como virtud, en el sentido de una exigencia permanente de perfeccionamiento de sí mismo. Era un hom­bre ascético, con una formación rígida, y lo más im­portante para él, justamente la ¿Borges fue el primer autor posmoderno, o realmente Borges fue un contramoderno, alguien que no tenía utopías? Escribió un cuento, “Utopías de un hombre que está can­sado”. Creo que Borges escribió de las utopías de los anarquistas a los que su padre había pertenecido en la juventud y que habían decidido marcharse a la frontera con el Paraguay, para crear una especie de tierra y explotarla. El se crió en ese mundo. Ahora creo que más que una utopía, lo que a él le intere­saba era una obra. Las utopías a veces se encierran en una ideo­logía, que en lugar de ayudar a construir, destruyen, porque cer­cenan muchas posibilidades al ser humano. Borges abogaba así por la libertad. Además pen­saba que si cada hombre era ético, y no se engañaba a sí mismo, y no engañaba a los demás, el mundo iba a cambiar por la suma de todos esos hombres probos. Borges había adherido al partido Con­ ética, la entendía como virtud, en el sentido de una exigencia permanente de perfeccionamiento de sí mismo. FORO •41