No hay duda de que los visitantes ejercemos una presión sobre la población de ballenas que llega a estos sitios .
Por ello , en respuesta al incipiente turismo de avistamiento , México publicó en 2010 la “ Norma Oficial Mexicana que establece los lineamientos y especificaciones para el desarrollo de actividades de observación de ballenas , relativas a su protección y la conservación de su hábitat ” ( NOM-131-SEMARNAT-2010 ). Con esta norma se busca no sólo regular el avistamiento , sino también promover la conservación
de las especies de cetáceos , incluyendo a la ballena gris .
Si bien los lineamientos de esta norma están dirigidos a los prestadores de servicios autorizados para la observación de ballenas , quienes contratamos a los operadores tenemos la responsabilidad de asegurarnos que la cumplan . Al mismo tiempo , debemos ser responsables de nuestro propio comportamiento , de tal forma que podamos apoyarlos para que respeten las especificaciones .
Debemos tener muy presente que las personas autorizadas para brindar este tipo de servicios reciben capacitaciones sobre
¿ Cómo podemos apoyar ? buenas prácticas de avistamiento para poder obtener los permisos correspondientes . La gran mayoría de los operadores
Cada invierno cientos de ballenas grises llegan a la laguna de San Ignacio a aparearse y dar a luz ; permanecen allí mientras sus crías se fortalecen para el viaje de regreso y aprenden a nadar con el apoyo de su madre , como se aprecia en esta imagen . Para seguir recibiendo a estos sorprendentes colosos , hay que evitar afectar su proceso natural de reproducción
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