Revista EntreClases Mayo 2019 | Page 6

Seis años, seis largos años… Seis años llenos de emociones y aventuras, de descubrir y descubrirme,de aprender y enseñar, de sufrir y disfrutar y con ello de reír y llorar. Pero como todo,este ciclo llega a su fin.

La vida está hecha de etapas que tenemos que ir superando. Esto ha sido otra más y debemos comenzar una nueva. No va a ser fácil, nunca lo ha sido ni va a serlo ahora, pero tenemos que dar nuestros pasos con firmeza y luchar por todo y contra todo.

2º de Bachillerato es un año horrible,caótico y estresante, quizás no estamos utilizando el método educativo más conveniente, pero eso es otro artículo.

Hoy, sin embargo, no vengo a dar mi opinión sobre ningún tema si no a abrirme sobre cómo he vivido yo este exigente curso.

Para mi no ha sido un año fácil. Las condiciones a mi alrededor han cambiado drásticamente y adaptarme a ello no ha sido agradable, es más, aún no lo he conseguido. Luchar contra el estrés y el jaleo de este curso si lo que te rodea no está en orden se hace aún más complicado, y más si eres, como yo, una persona cuyos sentimientos guarda para la intimidad y la soledad de su conciencia y ante la gente es la alegría personificada.

Pero había algo que me hacía levantar el ánimo,algo que me daba fuerzas y que me recordaba que si algo va mal siempre habrá un apoyo. Ese algo era Bruno. Bruno era un labrador de 10 años que me había acompañado desde que él tenía 3 meses y yo 8 años. Bruno era como el cargador del móvil cuando te quedas sin batería, mi más fiel amigo, el más leal,agradecido, cariñoso y bonito que veré jamás. Bruno me lo daba todo,la fuerza para respirar y la valentía para seguir sonriendo. Quizás no le dí todo lo que merecía ni le traté justamente en ocasiones, aún así el seguía a mi lado, lamiéndome y dándome la pata para que le hiciera caso, pidiéndome jugar y saltando cada vez que llegaba la hora de comer. Llegó su décimo cumpleaños, 16 de febrero de 2019, Bruno se puso malito. Dos días después era anestesiado y mi corazón se quedaba un poquito más huérfano.

Han pasado 3 meses y sigo sin hacerme a la idea de que no está,sigo echándole de menos y sigo sin poder pasar por el rincón de su cama.

Un apoyo menos,mis fuerzas se debilitaban mientras veía como la fortaleza en la que había estado viviendo toda mi vida se desmoronaba y se convertía en dos reinos independientes.

Mi situación personal y sentimental empeoraba y mis estudios se vieron severamente afectados. Poco a poco y con la ayuda de una profesional,ayuda que todos necesitamos y no debemos menospreciar, me dí cuenta de que debía encontrar la motivación para conseguir terminar el año de la mejor manera posible. El teatro. Si terminaba bien iba a poder hacer las pruebas para estudiar arte dramático y dedicarme plenamente a la única ilusión que me quedaba.

Y aquí estoy escribiéndoos, curso terminado, me gradúo en cuatro días y estoy ya preparándome para, con suerte, pasar las pruebas. Las cosas a mi alrededor siguen aún siendo complicadillas y en proceso de estabilizarse y yo en proceso de superación, pero prefiero pensar en todo lo bueno que se me ofrece en el futuro. Este verano será grandioso, trabajaré haciendo dos de las cosas que más me gustan: teatro e inglés; me iré de festival con mis amigos y, sobre todo, empiezo a elaborar otra nueva etapa, muy distinta,igual de difícil pero con más ganas.

Fue complicado,es complicado y será complicado. Depende de tí superar cada obstáculo, así que empieza a entrenar que esto es una carrera muy larga y cada vez son más y más grandes los que vas a tener que esquivar.

Es complicado