LA MUJER Y EL AJEDREZ
No se debe olvidar que nosotras en el ajedrez no tenemos pasado... y solo tenemos presente y futuro
Vera Menchik,(Rusia 1906-1944)
Empiezo este artículo con Vera, pionera en el ajedrez femenino y 1ª campeona mundial en ajedrez hasta 1927. Pionera porque fue valiente y no se conformó con permanecer segregada a la competición femenina. Se la vió venciendo a Grandes maestros. Demostró en la práctica al mundo ajedrecístico lleno de testosterona en aquella época, que este arte-ciencia de competición no es una cuestión de aptitudes atribuibles al género, sino más bien de actitudes aprendidas en un contexto sociocultural, histórico y educativo enraizadas en las bases patriarcales de la sociedad.
En un mundo donde las desigualdades de oportunidades y educación sexista siguen latentes, el ajedrez es un ejemplo más que lo demuestra.
Tal vez haya sido la educación que he recibido, donde no se esperaba nada de mí conforme a lo establecido por el hecho de ser niña, pero lo cierto es, que nunca he entendido que se establezcan diferencias entre una persona y otra por su género, me parece absurdo.
El ajedrez refleja esta realidad aún hoy con demasiada claridad.
El ajedrez actual permite, en muchas de sus competiciones, que hombres y mujeres compartan tablero. Prácticamente ningún deporte cumple este requisito por lo que resulta aún más complicado de entender su poca repercusión dentro del colectivo femenino. Solo el 8,4 % de los ajedrecistas federados son mujeres. Es irónico pensar que una mujer es inferior al hombre frente a un tablero, entonces ¿porqué diferenciar a nivel competitivo mujer y hombre?¿porqué en los circuitos profesionales los premios son de menor cuantía para la mujer?
La mujer ha ido ganando derechos en el último siglo pero todavía queda mucho por hacer. Muchos son los que se preguntan cómo en un deporte donde no importa el sexo al que pertenezcas, la raza o edad, sino solo la capacidad creativa de cada individuo se mantiene aún sesgada entre competiciones femeninas y masculinas.