Revista EntreClases Mayo 2019 | Page 20

TOS

Decoro el estrepitoso silencio

con una tos seca, que no significa nada, solo excusa.

Convierte en intermitente por un momento

el sonido del miedo,

la nada.

No tiene peso fundamental en el orden

en el que suceden los actos últimamente,

es simplemente un ligero soplo de tranquilidad

en medio de la ansiedad que genera un lienzo en blanco.

Luego analizo la sequedad de mis ojos

para justificar que hace ya tiempo

que no esquían las lágrimas por mi cara.

Me mantengo frívola ante todo lo que solía revolverme

y cuando llega el punto de vomitarlo, tos.

No creo que lo entiendan.

Solo me limito a arañar desesperada antiguos poemas,

a ver si con suerte de esas rimas estos versos y entre búsquedas,

hallar qué parte de mí sigue en su sitio.

Después llega siempre el momento en el que descubro

que nada puede seguir en su sitio si el lugar ha cambiado por completo.

Y no sé dónde perdí las formas pero jamás he vuelto a tenerlas.

Últimamente recorrer los rincones

en los que se marginaba esa niña de cuencas tristonas

solo me hace echarla de menos.

Es difícil que lo entiendan.

Odié su sensibilidad, odié su disciplina,

odié sus pautas para bailar sin pisar demasiado el centro de la pista.

Odié las pocas veces que se sintió niña,

las muchas veces que decidió cargar con la cruz,

LAURA SUERO