Tengo miedo, y el problema es que creo que es un miedo que va a tardar en desaparecer. Muchos ya me conoceréis y sabréis que hay dos cosas que me caracterizan: mi pasión por el teatro y las artes escénicas y el no callarme y dar mi opinión sobre las cosas que suceden en el día a día. Como podréis imaginar esto a veces choca. Yo soy de esas personas que piensa que no existe nada de lo que uno no se pueda reír, empezando por uno mismo, y la situación actual atenta en cierto modo con mi libertad, y la de muchos más, de poder hacer eso.
Por eso digo que tengo miedo, me da miedo la censura. Bueno, en realidad me dan miedo muchas más cosas como el fracaso,el resurgir del fascismo,la soledad o la gente que le pone piña a la pizza. Pero actualmente una de las cosas en las que más pienso es en las repercusiones y consecuencias que pueden tener mis palabras y actos, aunque sea en un contexto lúdico y humorístico. Hay que ir con pies de plomo, siempre va haber alguien al acecho con el cartel de ofendido puesto en la frente.
Hay que utilizar lenguaje inclusivo, por ejemplo: lxs chicxs,lxs perrxs o lxs teléfonxs. Ante esto me asaltan dos dudas, la primera es cómo se pronuncia esto porque yo no soy capaz y la segunda es que no sabía yo que los perros y los teléfonos también se ofendían si no les hablabas con igualdad.
Mirad, yo quiero seguir arriesgando, innovando y siendo irreverente.Quiero reirme. Quiero reirme de que tengo un ojo más abierto que otro, de que mi padre es calvo, de la izquierda, de la derecha, de los veganos, de la corona,de la guardia civil,de la iglesia,del tartamudo,del enfermo y de mis enfermedades, del feminismo, de los LGTBI, quiero decir hijoeputa más,quiero reírme de mis amigos y de los que no lo son,de mis fallos, mis fracasos, mis mayores ridiculos y de mis éxitos, sonarme los mocos con la bandera y reírme en tuits. Quiero reirme de todo. Me niego a quedarme sentado sin poder hacer lo que más disfruto con plena libertad y, repito, en un contexto sano y humorístico,pero riendo. Porque incluso de nuestras mayores desgracias, y a veces con incluso más importancia,debemos reírnos. Yo he seguido y voy a seguir haciéndolo, riéndome de todo y, por ahora, he sido acogido con buenas palabras. Acompañado de gente que se ría tanto como yo.
Los cómicos y los que nos gusta el humor estamos en crisis y sin embargo creo que ante los tiempos que estamos atravesando la risa es uno de los mejores recursos. No podemos renegar ni coartar el único momento que tenemos para olvidar, desconectar y disfrutar.
Ha costado mucho conseguir reírse, no seamos tan tontos de desaprovecharlo ahora con la falta que nos hace. En definitiva, como alguien ha dicho hace muy poco, “me preocupa que un payaso sea juzgado por hacer su trabajo”.
La palabra reír reina en este texto,quizás hace éste muy repetitivo, pero a lo mejor así nos entra en la cabeza de una vez.
Os invito a reír conmigo.
La opinión de Juan Carlos Tirado
La opinión de Juan Carlos Tirado