Revista Elevación. La revista de la EESO N° 418 - Ceres Numero 1- De manera digital - Año 2016 - Ceres | Page 39
GERMÁN Y YO
Por Enrique Farjath
Germán y yo nos conocimos en tercer año, en donde allí empezó nuestra
amistad.
Él era un chico tranquilo y alegre, no tenía maldad para nada, siempre se
dirigió a la gente con respeto.
En nuestra amistad había mucha confianza. Un día él me propuso practicar
el deporte que él hacía; yo estaba un poco indeciso, no sabía bien que hacer,
pero él siguió insistiéndome hasta que acepté.
El primer día que jugué al rugby, “una experiencia nueva para mí”, él me
explicó cómo se jugaba y cómo eran las reglamentaciones, fue un guía para
mí
Al cabo de los meses de entrenamientos, jugué mi primer partido, no me
sentía confiado; pero él me transmitió esa confianza y tranquilidad que él
tenía para que yo no me sintiera solo.
Él siempre estuvo ahí cuando lo necesité, al igual que todos los amigos que
supo tener.
Él transmitía confianza, seguridad y apoyo. En la cancha se desempeñaba
como forwards, el cual su misión era cubrirnos las espaldas. No solo nos
cubría dentro de la cancha, sino también lo hacía fuera ya que no
consideraba más o menos a las personas. ÉL AYUDABA SIN IMPORTAR
QUIEN FUESE, APORTANDO LO POCO QUE TENÍA.
GERMÁN Y YO
POR MAIRA DOVIS
_Dejá, yo te ayudo_ dijo Germán cuando su compañero no podía mover el
banco.
Germán era un adolescente de 17 años, rubio, flaco y alto, con amor al rugby
y con un gran corazón.
Germán estaba cursando el quinto año, compañeros de otros años o
actuales. Todos esperaban ansiosos el egresado y viaje a Bariloche.