Revista Elevación. La revista de la EESO N° 418 - Ceres Numero 1- De manera digital - Año 2016 - Ceres | Page 26

RESEÑAS Veladuras, una historia que deja partes vacías Título: Veladuras Autora: María Teresa Andruetto Por Sofia Ruiz. Maria Teresa Andruetto nació en Arroyo Cabral, Córdoba, un 26 de enero de 1954. En el año 2012 recibió el premio Hans Christian Andersen, otorgado por IBBY (Organización Internacional para el Libro Juvenil) y considerado "el pequeño Nobel de la literatura". La construcción de la identidad individual y social, las secuelas de la dictadura en su país y el universo femenino son algunos de los ejes de sus obras. Veladuras (2012 Veladuras. Editorial Norma. Buenos Aires, Argentina.) es una de sus novelas mas emblemáticas. Veladuras es una novela no muy extensa, y utiliza un lenguaje sencillo para que todos sus destinatarios puedan comprenderla; es un lenguaje poético con el que trata de contar de un modo más bello la desagradable historia que le tocó vivir a la protagonista, Rosa. Sus temas principales son el amor, la muerte, el engaño, y la soledad. Esa soledad se observa en casi todos los capítulos y como describe Castelo Liana la soledad se aloja en el alma de las personas, y así le ocurrió a su protagonista, ya que estando acompañada igual se sentía sola. En el primer capítulo hace una introducción del pueblo de sus orígenes, del norte jujeño. Cuenta que trabajaba haciendo Veladuras, algo que le apasiona, que estaba sola en un rancho el cual era de su abuela y que también vio a Gregoria. En el capítulo dos describe detalladamente los espacios, los colores, los lugares, etc. Es en este capítulo donde se observa por primera vez la soledad que perseguía a la protagonista, esa soledad que la hace alejarse de su madre y de su hermana. Rosa, así es su nombre se dedica a hacer veladuras y es algo que le apasiona. Su padre y Gregoria se enamoran, engañando a su madre, pero para Rosa la culpa de todo la tenía su madre por no haber cuidado a su padre como debía. Cuenta que su padre se murió y ella se enfermó, hablaba con los muertos y veía cosas que otros no, por lo que su madre tomó la decisión de internarla en la Casa de Descanso. Pero ella decide esparce e irse al norte, para encontrarse con lo que se identificaba, con la tierra que había sido de su abuela y donde también había crecido su padre, buscando la ayuda de una monja a la que conoció en la Casa de descanso. La soledad a la vida de Rosa llegó después de la muerte de su padre, aunque estaban su madre y su hermana, ella se sentía sola, ya que nadie podía comprenderla, ni acompañarla en el proceso de entender que su padre ya no volvería, y que tampoco volvería Gregoria. Esa soledad es parecida a la que describe Castello en su cuento cuando dice “Tardó en entender que la gente podía estar sola, aún estando acompañada de muchos otros, como también le costó entender que ciertas personas que no tenían a nadie cerca no se sintiesen solas en absoluto”. La autora deja en el relato espacios vacíos, esos espacios quedan inconclusos para que el autor imagine, sienta y piense como lo hacía Rosa a sus 18 años. Analizando detalladamente esta historia se puede notar que entre Rosa y su padre no había una relación de padre e hija sino que el amor que Rosa sentía por él era un amor posesivo y ese fue uno de los motivos que llevan a la protagonista a volverse loca. Andruetto trata de mostrar como las relaciones familiares pueden afectar a los hijos. Como es la gente y sus costumbres en el interior del país y como puede llegar a pensar una persona que se encuentra desequilibrada.