Revista El Balcón: Cuestión de género V. 4 | Page 14

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Tras la victoria de Mandela en la presidencia, muchas personas se identificaron con el deseo

de venganza

y creían

que su

momento de

imperar sobre

las poblaciones blancas del

país había llegado. Como

respuesta de ese impulso general, grandes turbas se dirigieron a la Church Square, la plaza principal de la capital ejecutiva Pretoria, a derribar los monumentos del Apartheid.

La plaza tenía dos estatuas a cada lado y una en el centro, representando a distintas personalidades importantes en la instauración de la república y en la creación del Apartheid.

Mandela, al enterarse de

los acontecimientos,

se dirigió rápidamente

a la plaza a contener

los ánimos de la

población. Al llegar, las

turbas ya habían tumbado las ocho

estatuas de los lados y estaban

listos para acabar con la estatua

central, en honor al primer

presidente de Sudáfrica Paul Kruger.

No obstante Mandela pidió que dejaran los monumentos en su sitio, debido a que las personas que estaban allí representadas habían tenido una importancia crucial en la historia de Sudáfrica y que, en caso de ser eliminadas, el país estaría perdiendo parte de su historia.

Después, algunos de los manifestantes preguntaron a Mandela si lo que debían hacer era volver a poner las estatuas en su lugar original, a lo que les contestó que tampoco sería correcto, debido a que ese evento ya era parte también de la historia del país y que en consecuencia había que dejar la plaza

así. Actualmente la plaza

permanece con una

estatua en el medio

y ocho pedestales

vacíos a los lados.