Revista EESPAÑOL 19 | Page 8

E l boom del fútbol femenino en el país está teniendo eco también en el estadio. Si bien hace más de una década hubo una experiencia similar en las canchas de Nevería, finalmente se diluyó en el tiempo y las jugadoras buscaron otros derroteros. Hoy están de vuelta. Ignacia Morales, la capitana del equipo, está entusiasmada con este proyecto y confía en que llegará a puerto. “En lo inmediato, la meta es lograr tener un equipo para los Juegos Hispánicos de 2019, que tendrán su sede acá, en nuestro estadio. La idea a futuro, según me han manifestado, es crear una liga similar a la de los hombres. Y para eso hay que convocar a muchas más jugadoras.”, cuenta con entusiasmo. Esta estudiante de tercer año de kinesiología en la Universidad Católica fue una de las chicas que jugó hace 14 años, cuando intentaron que el deporte del balompié prendiera entre las socias. “A mí siempre me ha gustado el fútbol. Yo tenía como 10 años y asistía a todos los entrenamientos, pero no hubo constancia en las participantes y se acabó. Yo seguí después fuera del estadio”, relata. En abril pasado, uno de los directores le contó el plan y le pidió colaboración en organizar un equipo. “Empezamos a correr la bola, de boca en boca y por whatsapp, reuniendo interesadas; ya tenemos un grupo que asiste regularmente a los entrenamientos. Hasta el momento somos como 20, pero la invitación está abierta a que se sumen las que quieran, desde los 15 años en adelante. Contamos con dos entrenadores –Ricardo Rojas y Eduardo del Río-, que nos hacen un trabajo bien intenso, y cada jornada terminamos con un partido de unos 30 minutos, entre nosotras”. Esta etapa de “marcha blanca” es gratuita. Los entrenamientos se realizan los martes, de 20 a 21.30 horas y miércoles, de 20 a 21 horas. “Estamos súper motivadas; todas seguimos las instrucciones de nuestros entrenadores tratando de mejorar y enfocadas a que esto prenda. Ojalá lográramos hacer la liga de mujeres que está pensada, con unos cuatro o cinco equipos. Existe un muy buen ambiente entre nosotras. Llevamos un par de meses y pareciera que nos conociéramos de mucho antes. Yo solo ubicaba a algunas, pero ya tenemos otra relación. Cuando terminamos los entrenamientos nos quedamos en el casino y hablamos de todo. Es muy entretenido. La mayoría tiene entre 20 y 30 años, pero también hay más grandes y más chicas. El grupo está abierto a recibir a quienes deseen inscribirse. Es cosa de probar, ir a los entrenamientos y ver si les gusta. Es un excelente ejercicio y hace bien para la salud. No es necesario saber jugar. Muchas lo hacemos también en otras ligas, pero hay chicas que nunca habían practicado fútbol y con el entrenamiento han mejorado bastante. Mientras tengan ganas, son bienvenidas”, señala la capitana, quien juega de delantera y participa además en una liga en el club de Iván Zamorano. Una veintena de socias practican d de lograr que ahora sí se consolid Otra de las participantes, Raquel Toledo, hoy de 19 años, recuerda que “cuando tenía como 8 ó 9 años hubo en el estadio una experiencia de fútbol mixto. Yo participé pero los niños eran muy bruscos; entonces lo dejé y nunca más jugué fútbol. Al principio, esta nueva invitación no me llamó mucho la atención, pero me decidí a probar. Ha sido súper entretenido. Uno descubre habilidades y ciertas destrezas que no sabía que tenía. Hemos constituido un grupo importante y la idea es que se nos vayan sumando más jugadoras”, recalca esta estudiante de nutrición y dietética. Amanda Ramírez tiene 17 años, cursa cuarto medio y el tenis ha sido por años el deporte que la ha convocado en las canchas del estadio. “Me decidí a probar otra cosa y en eso estoy. Siempre me ha gustado el fútbol y solo lo había practicado en mi colegio. Ya me hice de amigas y es entretenido. Aún no sé si continuaré porque algunas son muy buenas para la pelota”, confiesa.