Que no le brinde apoyo y ayuda a sus estudiantes que solo le interese el resultado en vez de el proceso. Como docentes debemos ser más amigos de los niños involucrarnos en lo que es el proceso y no tanto el resultado ya que es más importante ver el desenvolvimiento de los niños y niñas en cuento a la realización del trabajo, más que en el producto final. Entonces vale la pena educar tanto en valores como educar con mucha ética.
Sin importar la diversidad que el niño o niña presente en el aula de clases, tampoco importar la carencia de recursos que el estudiante presente. Lo que debe valer la pena es el interés que muestre el niño y niña presente a la hora de adquirir el nuevo conocimiento que se le está obsequiando. Vale la pena, el esfuerzo, la incomodidad, lo desagradable incluso el dolor, es lo que le da valor a las cosas. Pero también lo obtenido, lo valorado por el esfuerzo. Lo compensará todo.
Autor: Gabriela Sequera e Ismar Escalona.
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