Revista Educación Especial 5 | Page 48

En principal se debe aprender a querer y valorar la casa el hogar, si en la casa los educan a gritos se educaran niños violentos, los hijos comienzan a desconfiar de su propia familia, se crean seres con cadenas y con problemas de conducta… En Venezuela por lo general las familias están llenas de machismo, educan el hombre como la única autoridad, que no debe limpiar ni mucho menos ayudar a la mujer con las cosas de la casa o los hijos, “Macho que se respeta no leva corotos”, aprenden a consideran que las tareas del hogar son para las mujeres y que los hombres están ahí para que los atiendan. Las familias deben educar con valores íntegros, enseñar que la familia es una verdadera comunidad y no como la mayor parte de las familias, que son familias hotel, donde vivimos juntos, nos saludamos pero no nos comunicamos.

Vivimos conectados pero incomunicados, chateamos con extraños en el otro lado del planeta pero ni nos hablamos con los vecinos, no los conocemos, se ha vuelto imprescindible el celular, ya no nos comunicamos con nuestros hijos, con nuestros amigos, no se han fijado de la trampa de las comunicaciones, los aléjanos se acercan, los cercanos se alejan, no las pasamos enviando mensajes al que está lejos pero no tenemos nada que decirnos cuando se está frente a frente. Nunca se ha sentido tan solos e incomunicados como ahora, no se tiene el coraje de hablar de frente, se prefiere esconderse detrás de una pantalla de un teléfono celular. Se ha olvidado lo más importante de la vida, comunicarnos y crear vínculos afectivos verdaderos.

Algo muy importante como seremos humanos, no podemos dejar que nos roben la ilusión, que no nos roben la esperanza, un educador sin ilusión no puede educar. La esperanza es nuestra, la esperanza es vigor, debemos ser militantes de la esperanza, porque vivimos tiempos difíciles debemos conservar la fe, la ilusión, la esperanza.

Nunca es más escuro que cuando comienza amanecer, no permitamos que muera la esperanza. Dr. Antonio Pérez Esclarín creo una hermosa palabra DISOÑAR, sueño y proyecto, porque el proyecto sin sueño arrastra, esta palabra nos ayuda a proyectar nuevas metas, diseñar proyectos y soñar una nueva Venezuela, soñar la libertad, ser libres de corazón y diseñar nuevas metas para ser íntegros de corazón.